El campo de las toxicomanías y el alcoholismo, es de siempre un clásico de la locura. “No era yo”, “Me entran paranoias”, “Voy a hacer una locura”, frases que con ligeras variaciones, se escuchan frecuentemente en la clínica de las adicciones para dar cuenta de los efectos supuestos del tóxico en un sujeto que, en principio, se siente incapaz de dar cuenta de sus propios actos, a veces en contra de sí mismo y otras en contra de los demás.
El diagnóstico de “psicosis inducida por sustancias”, viene a generar todavía más confusión en un campo clínico lleno de escollos, tanto a nivel de diagnóstico, como en la dirección de la cura, donde frecuentemente el tóxico viene justo al lugar donde el clínico esperaba un síntoma con el que orientarse en su quehacer frente al sujeto adicto. Por si fuese poco, muchos desencadenamientos psicóticos quedan “neutralizados” por un consumo habitual con el que el sujeto se “normaliza” como toxicómano o alcohólico, sin apenas mostrar ningún signo patognomónico que ayude al diagnóstico diferencial. Lo que ha propiciado que lo que se ha venido a llamar “psicosis ordinaria”, se mueva como pez en el agua de la clínica de las adicciones.
Un panorama así, requiere un estudio en profundidad de una serie de conceptos del campo de la clínica psicoanalítica que nos aporten una brújula mucho más precisa para orientarnos en un bosque de apariencia laberíntico por el efecto engañoso de la primacía, a todos los niveles, del supuesto objeto tóxico.
En este curso 2017-18, nuestras herramientas de trabajo serán los textos de referencia psicoanalíticos, así como la rigurosa exposición de casos clínicos.
6 octubre, 3 noviembre, 1 diciembre, 19 enero, 9 febrero, 2 marzo, 6 abril, 4 mayo, 1 junio.
Horario: Viernes, a las 19.30 h
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