“Lo real se encuentra en los embrollos de lo verdadero”
Jacques Lacan
Seminario XXII p. 8.
La practica psicoanalítica no limita a los cuerpos a la categoría de su imagen especular, es decir a todo aquello que pueda ser reconocido en el campo del sentido y de la significación.
La practica psicoanalítica tiene en cuenta al cuerpo del viviente que viene a consultarnos porque en el habla singular de cualquier cuerpo, ya sea que uno intente acomodarse al discurso de la insatisfacción histérica o bien otro a la modalidad mortificada y mortificante de la obsesión, al igual que en las psicosis ya sean ordinarias o extraordinarias, cada cuerpo da cuenta de la incidencia traumática de lalengua que, por ser lógicamente anterior a los lenguajes que se articulan en los discursos que conforman a las distintas hablas, es inentendible y en consecuencia no tiene posibilidad de representación en el mundo del lenguaje.
Al ser un puro signo encarnado queda excluido del lenguaje, ex-siste , y sus efectos sintomáticos constituyen aquello mas intimo para cualquier hablante al tiempo que también es lo mas ajeno por ser incompresible. Es un signo de lo real en un cuerpo vivo que habla.
Los cuerpos quedan atrapados en la tela de araña de las redes significantes, pero al mismo tiempo en el ser viviente que habla, habita un real excluido del saber que embrolla el cuerpo con la verdad mentirosa de una invención fantasmática particular, que en cada ocasión es un intento para dar respuesta al acontecimiento traumático inscrito en este cuerpo parlante.
Tomaremos como eje y como guía para este módulo algunos de los puntos de orientación de aquello que Jacques-Alain Miller ha nombrado como una biología lacaniana del ser viviente.
Es una biología que tiene en cuenta al organismo como un sumidero del goce y por lo tanto incluye en su practica clínica una noción del viviente que no expulsa de su discurso a la pulsión ni al agujero que rodea.
El discurso del psicoanálisis tiene en cuenta aquello que es lo mas singular de un cuerpo parlante; el agujero real de su encuentro traumático con esta falla del saber sobre lo sexual que acontece de manera contingente y que constituye el memorial de goce para un cuerpo sexuado que nombramos parlêtre siguiendo el neologismo inventado por Lacan para nombrar el inconsciente más el cuerpo.
Bibliografía:
Miller, J-A., La experiencia de la real en la cura psicoanalítica, Buenos Aires, Paidós, 2003.
Miller, J-A., Lo real y el sentido, Biblioteca de la colección Diva, Buenos Aires, 2003.
Sección Clínica de Burdeos: Los enredos del cuerpo, Pomaire, Caracas, 2012.
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