"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de noviembre de 2003

Reseña del comentario de M.Bassols, V.Palomera y H.Tizio de la parte de Subversión del sujeto y dialéctica del deseo, de Jacques Lacan, trabajada en el S.C.F. de Barcelona el 22 de noviembre de 2004

  • Publicado en NODVS IX, març de 2004

Paraules clau

enunciado-enunciación, significante-significado, goce, insconsciente

Seminario del Campo Freudiano de Barcelona 2003-2004
Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano
Jacques Lacan

EL INCONSCIENTE VENTRÍLOCUO

En las páginas 779 y 780, señaló Miquel Bassols, se trata de la pregunta ¿quién habla cuando se trata del inconsciente?. El sujeto está supuesto a la cadena significante pero el del inconsciente no es el sujeto gramatical. Está radicalmente deslocalizado respecto al sujeto de la enunciación de la lingüística, dado que no tiene representación. Estamos en la parte inferior del grafo del deseo.

Si bien Freud no contó con la distinción entre significante y significado, sí distinguió los procesos primarios de condensación y desplazamiento. Es allí donde Lacan busca dónde está el sujeto que no es un significante, ni una sustancia, ni una metáfora, ni una metonimia.

Jakobson denomina shifter, conmutador en el proceso de la enunciación, al carácter indicativo, de señalamiento, que designa el sujeto de la enunciación pero no lo significa.

El no expletivo introduce en el enunciado aquello del sujeto de la enunciación que indica al deseo. Tiene carácter pleonásmico porque introduce la repetición en la enunciación. Es similar a un lapsus calculado para marcar al sujeto de la enunciación.

EL MATEMA: wo Es war soll Ich werden

Para comentar las páginas 780 y 781 Vicente Palomera apuntó a la discordancia entre enunciado y enunciación, dado que hay un no-saber que habita al sujeto y forma la estofa o paño que constituye al fantasma, donde el yo (

je) está reprimido.

Es en el fantasma donde se articula el je con el objeto de goce mediante un significante que hace desaparecer al sujeto. Entonces, si el sujeto del inconsciente es pura discontinuidad, agujero, será el objeto el que garantice la cadena significante y en su proximidad haga vacilar, por el goce, al sujeto del inconsciente.

El wo Es war soll Ich werden freudiano, que Lacan trata en el escrito La cosa freudiana, se convierte ahora en matema. Lacan le da aquí otro valor, el valor que tiene la salida que ofrece el psicoanálisis: ya no es la del cumplimiento, de la realización de la palabra sino la de alcanzar el ser del je desapareciendo del dicho. El analista se vale del corte para captar a ese sujeto que se elide en el lapsus y se desplaza en la asociación libre. Al revés del saber absoluto hegeliano, para Lacan venir al ser implica el goce al que el sujeto renuncia. Ejemplo del lugar asignado al no-saber es el sueño con la frase “no sabía que estaba muerto”, en Los dos principios del suceder psíquico. Allí Freud da un ejemplo del shifter que interpreta el deseo elidido y que se introduce en el sueño porque hay un resto que no se articula al placer.

¿QUÉ SUJETO? ¿QUIÉN HABLA? ¿QUÉ SOY?

Hebe Tizio destacó, en su comentario de las páginas 781 y 782, que Lacan hace aquí la última tentativa para formular el goce en términos de significante y significado. Lo que para Freud es pulsión de muerte y cultura, en El malestar en la civilización, para Lacan es el orden simbólico mismo. El goce prohibido en el Seminario VII se alcanza, ahora, por transgresión, lo cual remite a la metonimia del objeto en el goce del que habla.

En tanto el goce está prohibido por estructura ya no habrá transcripción de la pulsión en el deseo y éste será por definición deseo muerto, pura metonimia. Las tres preguntas remiten a algo que ya no se agotará en el cogito. Soy al lugar del goce pero que está prohibido. Este lugar prepara la teoría del objeto a.

La biología freudiana es la de la armonía de lo orgánico, la biología lacaniana es la de la fragmentación de la máquina, función de la muerte en la vida, que no se complementan porque la verdadera muerte es la falta en ser, el sujeto sustraído a la cadena significante.

Entonces, es el intervalo en la cadena significante el que aloja el significante del sujeto. Una segunda muerte por lo inanimado de la función significante y donde aparece el objeto que es parcial, sin objeto total del cuerpo suplido por la imagen.

Si la pulsión es alojada en la demanda, se sitúa donde el sujeto desaparece y la demanda también, dejando sólo el corte significante que equivale al borde de una zona erógena. La pulsión, definida como enunciación inconsciente, hace abandonar la pulsión como demanda y lleva a plantear el goce y el falo simbólico. Éste es la marca de la prohibición que permite abordar a cada sujeto su posición frente al goce.

Rosalba Zaidel

"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de noviembre de 2003

NODVS IX, març de 2004

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