Sobre "La ponencia del ventrílocuo" de Jacques-Alain Miller

Contribución al seminario de Logociencias "El concepto de goce: entre sentido y satisfacción" durante el curso 2003-04

  • Publicado en NODVS XI, octubre de 2004

Resum

El presente artículo consiste en un análisis detallado de "La ponencia del ventrílocuo" de J. A., Miller en cual se plantean cuestiones tan relevantes y fundamentales para el psicoanálisis como son el concepto de pase, la interpretación y el goce.

Paraules clau

Fantasmundo, significante, goce, objeto, semblante, interpretación asemántica, el Otro, objeto a, la interpretación, identificación.

  1. Miller encierra muy bien en el título del artículo lo que quiere explicarnos aquí, en cuanto a que el sujeto queda condenado al monólogo, al monólogo autista de su goce, porque el camino de la pulsión puede ser laberíntico, pero siempre vuelve sobre sí mismo.
    Miller dice: "Se habla el sujeto a sí mismo a través del otro. Se habla a través de la marioneta del otro". Esto es así en la medida en que no habría un emisor y un receptor como lo explica la teoría de la comunicación, en tanto que lo que se dice no es sancionado por quien lo emite, sino por el que lo recibe, y tampoco el otro dice nada, sino lo que queremos escucharle decir. De esto concluye Miller que "si la lengua no sirve como tal para la comunicación al otro, sino que sirve al goce, la interpretación es imposible".

  2. Por otra parte dice que "a veces, excepcionalmente, se dice algo nuevo más allá de la triste repetición, algo imprevisto por el monólogo ventrílocuo… A esta palabra del Otro, constituyente del Otro, podemos llamarla la interpretación"
    La interpretación a la que apunta aquí Miller no es la interpretación como escucha, como lectura o desciframiento, sino que invita a pensar la interpretación como despertar. Distinguiéndola del despertar el interés, que es cuando surge algo que hace causa de deseo. Por supuesto que la interpretación debe tener este efecto para movilizar la libido hacia el otro como causa de deseo para que se establezca la transferencia. Pero Miller, aquí, habla de otra modalidad del despertar, que es la que ocurre en la pesadilla, que produce horror y de lo que no queremos saber nada más que hacerlo desaparecer.
    Esto se produce cuando el soñar deja de proteger el dormir, cuando no se puede continuar en el gozar soñando. Es nada más ni nada menos que el encuentro con el Otro, es decir, con lo Real. Sería lo que hace obstáculo a la pulsión en su circuito y para evitar esto precipita al sujeto en la realidad para que siga soñando, pero ahora con los ojos abiertos en el mundo de su fantasma. Por esto Miller propone: "la interpretación eficiente del analista es una pesadilla", pero de la que no se puede huir como en la pesadilla que se produce en el sueño, trasladándose al "fantasmundo" como lo llama él. En esa propuesta radica el progreso de la cura, en donde el sueño logra prolongarse más allá del punto de angustia que antes era su tope.

  3. Esta interpretación que sugiere Miller está al nivel de la relación del sujeto con el objeto: $ <> a, pero aclara que hay otra relación que es la del sujeto al significante: $ <> S1 y es sobre esta última relación que está edificada la teoría lacaniana de la interpretación proveniente del primer Lacan.
    Tal interpretación simbólica descarta la libido degradándola al nivel de las formaciones imaginarias. Lacan ha inventado varios medios para solucionar esta antinomia. La escritura $ <> a es una manera de solucionarla.
    Dice Miller que ninguna de sus tentativas alcanza hasta que el mismo Lacan reconoce que la relación al objeto no se inscribe en la relación al Otro, sino que más bien el Otro se reduce él mismo al objeto a. Es decir que, a nivel del goce el Otro como tal no existe. A nivel del goce la pulsión se encierra en su propio circuito. La norma del goce es el goce autoerótico, es decir separado del Otro.
    Lo que Miller presenta es una interpretación a nivel del goce donde el Otro no se incluye, sino al precio de reducirlo al objeto a. Pero este objeto a no es más que un semblante, es decir, no hay semblante de objeto, sino que el objeto mismo es un semblante.

  4. En este cuarto punto Miller habla de que hay la faceta metafórica de la interpretación equivalente al síntoma y la faceta metonímica equivalente al deseo, pero que en última instancia la interpretación sería una envoltura formal del núcleo material del goce, que no se puede tocar directamente.
    Antes de ir más allá de la interpretación significante con sus dos facetas, explica que la relación del sujeto al significante del lado: $ / S1 (fórmula del discurso del amo del lado izquierdo), es la identificación. La identificación es la condición significante del inconsciente. Donde el sujeto vacío está capturado por el significante S1.
    En este sentido, dice Miller que, la interpretación es el reverso de la identificación, en tanto que responde a la inversión del esquema, es decir: S1 / $, esto es lo que se produce luego de la interpretación.
    Esta fórmula que da Lacan del discurso del analista del lado derecho, está justificada, en la medida que acentúa el papel desidentificador de la interpretación, que hace de la interpretación un decir desidentificador, y libera el vacío del sujeto de sus identificaciones. Es decir hay una destitución de las identificaciones.
    En tanto que, el S1 primordial sería el significante fálico, la interpretación y la cura terminaría, supuestamente, en la desidentificación fálica.

  5. En el quinto punto Miller dice que en todos los casos que presenta la clínica hay un vínculo entre interpretación e identificación en el sentido de lo que llama una identificación histerizante que separa al sujeto de la identificación, que la pone en cuestión. Histerizante en cuanto a que le hace tomar distancia de la posición del S1, para pasar al lugar del a.
    El concepto freudiano mismo define la identificación como una relación al Otro. Por eso, cuando utilizamos la palabra identificación ya suponemos como primordial la relación al Otro. Ya sea la identificación primaria, la identificación a un rasgo significante del Otro o la identificación al objeto del deseo del Otro, siempre hay Otro.
    Luego Miller hace una proposición general y dice: "un modo de gozar es siempre relativo a una identificación". Es decir, que el modo de gozar depende de la identificación que el sujeto ha establecido, en tanto le supone a ese Otro un saber sobre el goce.

    Miller lo escribe así:

Entonces, si se toca la identificación del sujeto con el significante, es decir, si se logra efectivamente el reverso de la identificación, habría a nivel de la modalidad de goce una separación del sujeto del objeto a. Esta sería la hipótesis fundamental de la práctica.

Miller lo plasma en la siguiente fórmula:

  1. Lacan centra la teoría del pase sobre la modificación del fantasma, es decir, sobre el atravesamiento del fantasma. Esto es correlativo a la desidentificación significante que sería lo que él llama la destitución subjetiva.
    Pero dice Miller que el secreto de la teoría del pase es que Lacan ha extendido la estructura de la identificación significante hacia la relación al objeto, como si el secreto del fantasma fuera una identificación al objeto a. Entonces, cuando hablamos de la caída de las identificaciones nos referimos a la caída del objeto a y, por lo tanto, a la caída del Otro.
  2. Lo que intenta formular Miller en este texto es una nueva disciplina de la interpretación.
    Se solía pensar el significante como destinado a sus efectos de significado. Eso implicaba que el significante tenía incidencias elaborables sobre el significado a través de los mecanismos de la metáfora y la metonimia, es decir, a través de la significación retroactiva.
    Miller propone una situación distinta, si uno parte desde el punto de vista de que el significante trabaja primero para el goce y tiene la misma trayectoria de la pulsión al significante. Con esto nos quiere decir que el significante está al servicio del goce y no el goce al servicio del significante.
    Luego dice: "El lugar propio de la interpretación es la hiancia entre significante y significado . Es solamente en ese encuadre que se puede decir que la interpretación como tal está fundada sobre el equívoco. La presencia del equívoco testimonia de que no hay un mecanismo formal para pasar del significante al significado". Estos equívocos del discurso es lo que descarta la lingüística saussuriana y donde precisamente se detiene Lacan.

  3. En este punto Miller plantea que la enseñanza de Lacan reformula el motor del ser hablante, poniendo el acento en la pulsión y no en la significación, en tanto que toda la energía necesaria para el funcionamiento del aparato psíquico no está dada por el "querer decir", es decir, por la intención de significación, sino por un "querer gozar".
    Por eso, el fenómeno esencial de lo que Lacan ha llamado "lalengua" no es más el sentido, sino el goce. Casi debe dejar de lado el concepto de la palabra e inventar el concepto en francés de "l'apparole", que se transforma en la palabra cuando está dominada por la pulsión, cuando no asegura la comunicación, sino que trabaja para el goce. Es decir, que responde a la fórmula "en el lugar donde ello habla, se goza". Es una fórmula inversa a la vieja fórmula: "yo la verdad, hablo". Eso hace difícil el lugar de la interpretación, porque cuando es el goce el que habla uno se detiene antes de pensar en interpretarlo.
    La asociación libre, el decir cualquier cosa, dirige directamente al principio del placer, es decir, al puro goce de la palabra. Y en eso hay siempre un éxito, no hay imposible en este nivel del decir. Por eso no hay real en la palabra como tal. En cambio, a lo que Miller apunta aquí es justamente a introducir ese imposible por medio de la interpretación inversa.
    Entonces, la interpretación entendida así quedaría formalizada en : "Eso no quiere decir nada", en el sentido de que el goce no pide nada.

  4. El inconsciente enmascara el "ello quiere gozar" por un "ello quiere decir". Lo enmascara por la palabra, por la comunicación, por el mensaje.
    Esta nueva disciplina de la interpretación implica pasar por el "eso no quiere decir", sería una interpretación asemántica.
    Finalmente, de lo que se trata es de reformular la teoría para ponerla al día con nuestra práctica.

Notes

* Jacques-Alain Miller. "La Ponencia del Ventrílocuo", en Finisterre freudiano nº7.

Bibliografia

Miller, J., A., "La Ponencia del Ventrílocuo", en Finisterre freudiano nº 7

Claudia Viviana Quadraccia

Sobre "La ponencia del ventrílocuo" de Jacques-Alain Miller

NODVS XI, octubre de 2004

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