Trabajo del SCF sobre el Seminario X, La angustia, de J. Lacan

Trabajo para la obtención de la acreditación del Consell Català de la Formació Mèdica Continuada en el curso 2007-08

  • Publicado en NODVS XXVII, febrer de 2009

Resum

El siguiente artículo parte de un recorrido teórico sobre el Seminario X "La Angustia" de Jacques Lacan y finaliza con la presentación de dos casos clínicos mediante los cuales la autora intenta dar cuenta del fenómeno de la angustia en el sujeto psicótico.

Paraules clau

Angustia, falta, objeto a, goce, deseo, Otro

1-En relación al marco teórico del Seminario X

En el Seminario X, en su primera parte, Lacan pone el acento en esclarecer el estatuto del objeto en su relación con la angustia. En cuanto al orden de la causalidad ya no se trata, aquí, de la causa significante sino de otro registro de la causa, la del objeto. Éste subvierte el Nombre del Padre, y el origen del asesinato del Padre, porque se trata de un estatuto del objeto anterior a la elucubración del lenguaje y del deseo.

Lacan da cuenta a través del esquema de la división subjetiva cómo el viviente entra en el campo del Otro, donde el sujeto es hablado. En ello, en la operación de simbolización se produce una pérdida del goce primero. En ésta se produce un resto, en tanto el campo del Otro, campo significante, no tiene posibilidad de subsumir todo el goce. Ello da cuenta de la falla inscrita en la estructura. El resto que queda de la división del Otro es el objeto a. El objeto a se presenta aquí como causa del deseo, en el nivel de la angustia que se encuentra en relación al deseo del Otro. La angustia aparece entre el sujeto mítico del goce y el sujeto dividido del deseo, en posición media entre el goce y el deseo. Si el sujeto no pasa por el momento lógico de la angustia, no puede constituirse como sujeto de deseo. Entonces, sin este pasaje no se puede entender la constitución misma del deseo en el sujeto.

Lacan realiza un segundo esquema de la división subjetiva, donde plantea que el Otro no es completo, que algo le falta. Tenemos ahora un sujeto dividido por la incidencia del lenguaje que se relaciona con un Otro también afectado por una falta. Es desde el lugar del Otro caracterizado por una falta que se instituye el objeto, objeto a, que es causa del deseo. Es decir, si el sujeto desea es en tanto ocupa el lugar de objeto a del deseo del Otro.

La angustia podemos pensarla como una respuesta subjetivada entorno al objeto. Tiene pues relación con el objeto, objeto de lo desconocido, que está detrás, no por delante. Tiene una relación estructural con la defensa, de ahí que incluye una señal especial que apunta a lo que no engaña. La angustia es como señal, manifestación de lo real.

Entre el sujeto y el Otro no se sabe dónde inscribir el objeto a, elemento paradójico y heterogéneo, que no puede reducirse al significante y aparece ligado al cuerpo. En la segunda parte del Seminario X, Lacan aborda la recuperación del cuerpo en sus características anatómicas alrededor de la noción del objeto a. Surge la dimensión de la relación del sujeto con la biología, por efecto de la separación. El objeto, causa del deseo, se desprende de la operación significante, como trozo a partir de separarse del cuerpo. En la operación de separación acontece la causa del deseo. Esta separación nada tiene que ver con la biología misma, se produce en el lugar de un vacío que perdura, aunque el objeto venga de tanto en tanto a ocupar su lugar bajo sus cinco formas, de acuerdo con momentos de corte que anima el deseo. Éstos son según la perspectiva tópica freudiana, oral, anal y fálico; y dado que Lacan se emancipa del límite de la castración, plantea el objeto a a partir de los orificios del cuerpo y las zonas erógenas. Bajo esta perspectiva topológica, se añaden a la lista freudiana los objetos escópico, la mirada, e invocante, la voz. Con ello Lacan apunta a desubstancializar el objeto y definirlo como un vacío que la pulsión rodea.

Lacan en el Seminario X también imprime un vuelco conceptual respecto a la significación del falo apoyada sobre la castración, la frustración y la privación. Hace el elogio de la feminidad a partir del falo como órgano del goce. En este punto dice que a la mujer no le falta nada, porque dispone de una relación con el deseo del Otro donde el (menos phi) no es obstáculo. En cuanto al deseo del hombre en relación con la falta, está en la detumescencia del órgano, falo detumescente, el desencuentro del deseo y de la angustia. La castración no tiene aquí una vinculación estructural con el Edipo, más bien se relaciona con un efecto de pérdida en el interior mismo.

2-En relación a la clínica

En dos casos presentados, bajo el eje de la teoría de la angustia del Seminario X, en el marco del SCF: "Caminando por la ciudad" (curso 2006-07) y "Librarse de la congoja" (curso 2007-08) traté de dar cuenta del fenómeno de la angustia en el sujeto psicótico. En cada uno de los casos la angustia se manifiesta bajo sensaciones de extrañeza y perturbación, signos propios de este tipo singular de afecto que, cuando aparece, no engaña.

En el psicótico la angustia subsiste allí donde debería aparecer el objeto. Y la constitución del objeto en la psicosis es problemática, pues en esta operación hay un fracaso radical. Se deduce que la dificultad estriba en el objeto a causa del deseo. Dado el agujero forclusivo en el campo de lo simbólico, no hay secuencia de presencia-ausencia (fort-da) del objeto y, por tanto, no hay simbolización de la ausencia. En consecuencia, el sujeto no accede al estatuto del deseo del Otro ni a su propio deseo. De ahí que en el nivel de la demanda también subsistan problemas. El psicótico vive en la exigencia de una demanda continua por parte del Otro y la transforma en una demanda real; en tanto se trata de un Otro completo, no afectado por la falta, por ejemplo, el Otro de la voz, del superyó. Debido al problema en relación al deseo y a la demanda, podemos decir que se siente forzado, por estructura, a dar lo que tiene, y en este punto se diferencia del don en la neurosis. En la psicosis, el sujeto se hace el objeto de goce del Otro, se ofrece al Otro para hacerle gozar, y en ello paga con su propio cuerpo. Así es como satura el punto de falta posible en el Otro. Se hace objeto del fantasma del Otro materno y ello tiene un alto precio para la vida psíquica y real del sujeto.

En los dos casos de psicosis mencionados, cada uno de los sujetos consulta por un dolor subjetivo que se deriva de la posición del sujeto en relación al Otro:

En "Caminando por la ciudad", un sujeto consulta por sentirse angustiado de manera permanente. Pide vivir con normalidad. El trabajo subjetivo, que realiza en sus sesiones, produce una cierta localización del goce errático que invade su cuerpo con mociones de gran excitación pulsional. Un primer efecto es la reducción de este goce, lo cual posibilita que pueda pasar a ocuparse de cuestiones como su lugar en la familia y su relación con los otros. A partir de aquí encuentra en el significante "La Bondad" una nominación que sostiene una identificación, la cual apunta a una misión que el sujeto quiere realizar. La bondad le servirá para tratar y cuidar a las personas más vulnerables y necesitadas, niños y ancianos. Podemos entrever cómo "La Bondad" es el nombre del goce que falta a la humanidad siendo él quien da eso que tiene y le falta al Otro para completarlo. De esta manera, el sujeto se acerca a ese orden de "normalidad" que dice querer, contenido de su demanda primera.

En el caso "Librarse de la congoja", un sujeto consulta por su "ansiedad" que le atenaza el cuerpo. Por los efectos de desestabilización subjetiva de algunos hechos de su historia, podemos pensar que estamos en la vertiente de la angustia como señal de lo real. Describe su angustia como "un círculo vacío, un vacío desesperante", bajo sensaciones de algo indecible que se incluye en el sintagma: "tengo congoja". En el marco de la relación de transferencia, el sujeto realiza un circuito para llegar a la consulta. Ante mi interés por que detalle el trayecto que realiza y lo que en él experimenta, éste da cuenta de los brotes de angustia y de las soluciones que inventa para que el cuerpo no quede invalidado. Poco a poco, el cuerpo funciona mejor, más ligero a medida que el sujeto se separa de su lugar de desecho y objeto caído en el fantasma materno y en el deseo del Otro.

Lo que nos enseñan los dos casos

El tratamiento de cada caso posibilita la introducción y creación de un marco de discurso, lugar en que el sujeto puede identificarse como sujeto responsable de eso que habla. Por esta vía, el resultado es la canalización del goce particular cuyo efecto es su reducción y un cierto orden nuevo en la posición del sujeto. En consecuencia, el trabajo analítico permite un tratamiento posible de la angustia, con el efecto de una cierta modificación en las respuestas particulares del sujeto. Ello favorece que cada sujeto que consulta, en el primer y segundo caso, se acomode mejor bajo la égida de la responsabilidad subjetiva a las exigencias y compromisos de la vida.

 

Rosa Godínez
Junio 2008
Trabajo para la Obtención de las acreditaciones del Consell Català de formació Mèdica Continuada

Bibliografia

  1.  Freud,S, "Inhibición, Síntoma y Angustia", Obras Completas. Barcelona, Ed. Orbis S.A., 1988, vol.16
  2. Lacan, J., El Seminario, Libro X, La Angustia, B.Aires, Paidós, 2006
  3. Miller, J.-A., La Angustia, Introducción al Seminario X de Jacques Lacan, ELP, Gredos, Madrid, 2007
  4. Notas del SCF Barcelona de los Seminarios Teórico y Práctico de los cursos 2006-07 y 2007-08
Rosa Godínez

Trabajo del SCF sobre el Seminario X, La angustia, de J. Lacan

NODVS XXVII, febrer de 2009

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