Sobre Joseph Eisler: 'Fantasía inconsciente de embarazo en un hombre con la apariencia de una histeria traumática. Una contribución clínica al erotismo anal', 1921.

Referencia leída en la presentación de Gustavo Dessal (Madrid), el 19 de febrero del 2011, en el SCFB, en relación a los capítulos XII y XIII del Seminario 3 de Jacques Lacan.

  • Publicado en NODVS XXXIV, juliol de 2011

Resum

En este trabajo se explora una de las referencias del Seminario 3 de Jacques Lacan, el trabajo de Joseph Eisler  'Fantasía inconsciente de embarazo en un hombre con la apariencia de una histeria traumática. Una contribución clínica al erotismo anal', de 1921. Esta exposición de un caso clínico ilustra la forma en que una aproximación psicoanalítica puede permitir establecer un diagnóstico diferencial entre histeria y psicosis, abordando la pregunta por el ser mujer principalmente a partir del fantasma de embarazo en un hombre.

Paraules clau

Joseph Eisler, histeria, psicosis, diagnóstico diferencial.

El autor.

Josef Eisler fue representante de la escuela psicoanalítica húngara y miembro de la primera generación de analistas formados en la escuela de Budapest. Médico de profesión, jefe de una consulta de neurología y crítico de arte en una publicación. En 1944 fue deportado junto con su mujer y encontró la muerte en un campo de trabajo.

 

El texto.

Lacan en el seminario nos indica su interés por el caso, “si me intereso por la pregunta planteada en la histeria, es porque se trata de saber en qué ella se diferencia del mecanismo de la psicosis”.

El relato del caso nos va mostrando toda la trama imaginaria y simbólica del paciente, el desarrollo del síntoma al fantasma, quedando velado aquello para lo que no se encuentra la respuesta: el problema de la generación de los cuerpos.

Con todo detalle Eisler organiza el texto en dos partes, en la primera hará un despliegue de la problemática del paciente hasta llegar al hecho traumático y en la segunda profundiza en lo que llama las “condiciones de vida infantil”.

Para llegar a la conclusión de que el paciente sufre, en palabras del autor, de “una severa neurosis construida sobre la fijación de componentes erótico-anales”.

El doctor Eisler, hacia 1914, atiende a un hombre de 31 años, de ocupación tranviario. Tiene fuertes ataques de dolor en el costado izquierdo de su cuerpo, “como si un objeto pujara por salir”, que en ocasiones le provoca pérdida del conocimiento. Los médicos que le atienden, cerca de dos años y medio, “quedan desconcertados con sus quejas” y lo envían al departamento de neurología, allí lo diagnostican de histeria traumática.

Al inicio del análisis el autor destaca del paciente, ciertos “actos sintomáticos”. En una ocasión “se puso de pie sin motivo y adujo que el diván rodaba bajo él”, volvió al diván persuadido por el analista y al terminar, “permaneció un rato de pie mientras me miraba proyectando su garganta hacia adelante y con las pupilas muy dilatadas”.

Otro de estos actos fue que en sesión el paciente, “se levantó del diván, hizo un torpe movimiento de giro y cayó nuevamente en el diván, boca abajo, con las piernas colgando”, para el analista tiene una significación particular y lo describe como la  expresión de una “actitud homosexual pasiva hacia el analista”.

Posteriormente se suceden unos sueños, que representaban “sin disfraz alguno, la homosexualidad del soñador” según el autor, dice del paciente que “parecía admitir todo y esconder todo al mismo tiempo”.

Se preocupa por establecer “la caracterología del paciente”: de “comportamiento reservado”, hombre metódico, con cambios de ocupación para mejorar su nivel de vida, líder de sus compañeros de trabajo en cuestiones sociales y políticas, autodidacta, detestaba los billetes sucios y llevaba un diario donde le gustaba copiar hojas de cuentas y balances.

Se interesaba por “las cuestiones de la biología y en especial las relacionadas con la evolución”: le fascinaba la crianza de los animales domésticos y el comercio con los huevos. Así fue como focalizó durante un tiempo su investigación hacia la germinación.

El paciente es el hijo mayor de una familia de tradición campesina, le siguieron catorce hermanos de los que vivieron ocho. La pequeña nació cuando él se casó.

De su infancia, el analista destaca algunos momentos decisivos, como que a los 9 meses su abuela le pisó “sin querer” el pulgar, mientras gateaba por la casa, lo que es señalado como punto de regresión y de castración.

Otro suceso acontecido en su infancia, marca la  fijación de la libido: en la cocina familiar donde él jugaba y su madre estaba dando de mamar a su hermano menor, se agarró a la mesa para coger un trozo de pan, molestó a su madre y ella, después de amonestarlo, le lanzó un cuchillo que le rasgó el sombrero que llevaba y también la frente.

El autor basándose en el texto de Freud “Lecciones del psicoanálisis”, donde un suceso al azar deviene el responsable de la fijación de la libido, nos explica que “la masculinidad narcisista del paciente fue precozmente estimulada por la herida en la cabeza”.

Desde muy joven tuvo diferentes ocupaciones: fue panadero, trabajó en un laboratorio, fue conductor y guarda de tranvía.

Se casó, a los 24 años con una mujer que tenía una hija. En general quería poner a distancia a su mujer en relación a su enfermedad pero en una ocasión le acompaño ella, y el médico le dijo “no llego a darme cuenta de lo que tiene. Me parece que si fuese una mujer lo comprendería mejor”. Lacan señala que es un material detallado donde el paciente expresa su pregunta: ¿quién soy?, ¿un hombre o una mujer?, ¿soy capaz de engendrar?

El analista se pregunta qué hay que se pueda relacionar con el accidente mencionado al principio, se sorprende de que “no fue la caída del tranvía sino la radiografía tomada en el hospital lo que pasó al primer plano”.

Una serie de radiografías pedidas por el paciente repetidamente, despertó la sospecha del autor, “la radiografía originalmente tomada por el cirujano de guardia había sido de gran significación psíquica para el paciente”, puesto que él creía que lo habían expuesto a procedimientos extraños, de modo que “toda esa aventura compuso un núcleo alrededor del cual pudo cristalizar una fantasía libidinal de naturaleza homosexual pasiva” y su vinculación a la fantasía de un embarazo.

Hay una descripción detallada del dolor que sentía el paciente, su anticipación, cómo sucedía, qué hacía para aliviarlo y qué sentía físicamente. El analista lo presenció y su conclusión fue que “representaba un alumbramiento”, dice “la constipación debía ser un síntoma de conversión de una alucinada gestación que habría que poner en relación estrecha con el episodio de los rayos X”.

Un recuerdo infantil conserva para el sujeto todo su relieve según señala el autor, “cuando tenía diez años oyó el llanto y los gemidos de una mujer al dar a luz”, la observó durante mucho tiempo, a través de una ventana, y vio en un corredor llevar al niño en pedazos.

El paciente había sufrido constantes problemas intestinales, que los médicos no entendían, se iban sucediendo comentarios como “dolor en el lomo”, “inyección de antitoxina en el lado izquierdo” de los que el analista concluye que “la neurosis tendía a desarrollarse en conexión con un proceso orgánico que implicase dolor”.

Además en sus sueños siempre aparecía perseguido, pegado, sufre accidentes, es expulsado, vinculando esto a su posición masoquista.

 

La diferencia respecto la psicosis.

Eisler, para hablar del “consolidado narcisismo” del paciente, se refiere a algunas fantasías paranoicas, fantasías heroicas, fantasías de “autocreación”, y relacionado con ésta última su  aversión hacia las mujeres en relación a que el cuerpo de la mujer pudiera encargarse del proceso de reproducción.

Eisler tiene en cuenta que las fantasías expuestas “pertenecen a los complejos en las psicosis”. Aquí hace mención al caso del Presidente Schreber, intenta buscar las diferencias entre síntomas de la histeria y de la paranoia, se aclara diciendo que en el primero los síntomas se forman “exclusivamente desde la conciencia” y en la segunda los procesos enfermos “invaden la conciencia bajo la forma de alucinaciones y delirios”.

El escrito de Ernest Jones “Los rasgos de carácter anal-erótico”, da una explicación a lo que le ocurre a su paciente, puesto que “el erotismo anal apareció en la modalidad de un marcado deleite por la excreción” reforzado por sus rasgos de carácter.

Además varios recuerdos se relacionan con ello: los excrementos que se tornan objetos exquisitos para mirar junto con la curiosidad hacia los frecuentes embarazos y partos de la madre dan como resultado la “fantasía de identificar el niño a las heces”. Además el paciente tenía un pasatiempo que consistía en examinar sus excrementos para ver si alguna semilla hubiera quedado depositada, anotaba los lugares y observaba si germinaba.

Éste tiene una aversión por las comidas con fuerte olor, por ejemplo por las cebollas o “hagymacsir” o cebolla-semilla, que unida a la “del poder de rumiar” o regurgitar se vincula  a la fantasía infantil de fertilización oral

El analista expone que “al comienzo de su histeria, el paciente trató de liberarse él mismo de sus fantasías mediante un sacrificio oral”, se quería extraer los incisivos por su mal olor, pero se desmayó y Eisler interpreta que este suceso y los desmayos por el dolor en la espalda están relacionados. En la sabiduría popular la extracción de dientes en los sueños es símbolo de parto. Esto podría ser una anticipación a sus fantasías y malestares. Según el autor, confiere al paciente un talento “profético”.

Al final del texto, selecciona unos sueños, dignos de leer por la habilidad innata que tiene el paciente de producir fantasías, éstos permiten a Eisler considerar más claramente que la fuente de energía que proveía a la neurosis era el componente erótico-anal además de reconocer, que en esos sueños aparecía el analista.

 

Las conclusiones.

El tratamiento produjo una mejoría del paciente, y dedujo que la fijación masoquista del paciente produjo como residual unas molestias intestinales a modo de espasmos que el autor reconoce como manifestación histérica en sentido freudiano.

Para terminar, volviendo al seminario en la pagina 244, Lacan señala “el tema único del fantasma de embarazo domina, pero ¿en tanto que?”.

He aquí el cambio de registro, al atender al significante, a la pregunta sobre el ser, el sujeto masculino se pregunta qué es ser una mujer.

En la comparación con el caso Dora, la disimetría en el complejo de Edipo que podemos leer al final del capítulo, apunta a que en la histeria es una ventaja el rodeo que hace la niña para acceder a la identidad de su sexo, pero para el sujeto masculino, “el camino será más complejo”.

Bibliografia

 

Eisler, J. (1921). Fantasía inconsciente de embarazo en un hombre con la apariencia de una histeria traumática: una contribución clínica al erotismo anal. En Bibliográfica 8Publicación de la Biblioteca del Campo Freudiano de Barcelona, Escuela Lacaniana de Psicoanálisis del Campo Freudiano, Comunitat de Catalunya.

 

Jones, E. (1918). Anal-Erotic Character Traits. In Papers on Psycho-Analysis. London: Bailliere, Tindall and Cox, 1913, pp. 680-704.

 

Lacan, J. (1955-56/1984). El Seminario, libro 3, Las psicosis. Ediciones Paidós, Buenos Aires.

Marta Cequiel

Sobre Joseph Eisler: 'Fantasía inconsciente de embarazo en un hombre con la apariencia de una histeria traumática. Una contribución clínica al erotismo anal', 1921.

NODVS XXXIV, juliol de 2011

Comparteix

  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Facebook