"Punto vivo" del Seminario del Campo Freudiano de diciembre de 2013

Punto Vivo del Seminario del Campo Freudiano de Barcelona del curso 2013-2014, impartida por Patrick Monribot el 14 de diciembre del 2013.

  • Publicado en NODVS , de

Jacques Lacan: 'La ciencia y la verdad'

 

Saber y verdad

 

Patrick Monribot propuso situar la validez del pase a través de la lectura de este Escrito, es decir, en relación a la ciencia y la verdad.

Según el principio científico de "refutabilidad", de K. Popper, el psicoanálisis no es una ciencia porque la hipótesis del inconsciente y de sus leyes no es refutable, ya que se manifiesta bajo la forma del sujeto dividido, el cual sumerge el inconsciente. La "doble inscripción" (p.843) ilustra esa división por la que la relación del sujeto con la verdad no se halla en la relación de dicho sujeto con el saber. Para Lacan, la división misma no es refutable porque es un hecho empírico. Pero entonces ¿el psicoanálisis puede ser una práctica científica?

En la psicología, dentro las "ciencias humanas", se trata para Lacan de la reducción del sujeto a un puro efecto del desarrollo y sus disfuncionamientos. El psicoanálisis entiende que el sujeto causado por el significante y los efectos de lenguaje invalida todo programa evolucionista pre-establecido.

Lacan prefiere las ciencias "conjeturales" como la teoría de los juegos, pues toma al sujeto producido por combinaciones significantes (p.839) no reductibles a la vivencia psicológica de la infancia que perturbaría el desarrollo normal del yo. En el ejemplo de "El hombre de las ratas", la deuda paterna, origen de lo actual impagable que lo angustia, no es un acontecimiento que marque su infancia, ya que aconteció mucho antes de su nacimiento y funciona en una combinatoria significante que determina el futuro del sujeto.

Del hecho empírico de la división subjetiva se deriva una práctica que alimenta la teoría pero esto no permite la aplicación de un método basado en la adquisición científica reproducible. Es un "saber hacer", aptitud para plantear un acto, cuyo efecto nunca está garantizado. Por ello, en psicoanálisis, como en la filosofía, el acto está referido a una ética y no a una técnica, lo cual imposibilita evaluar previamente el acto a partir de un protocolo. Ahora bien, el acto analítico es verificable de dos maneras: 1) por el efecto producido après-coup en el analizante durante la cura y 2) fuera de la cura a partir de la experiencia del control, el cual no es un taller que explicita el caso del analizante sino una sesión analítica a propósito del analista y su aptitud para el acto.

La verdad está en el lugar de la causa porque en el principio del análisis se postula una verdad desconocida para el sujeto como causa íntima de su sufrimiento. En el Seminario 17, cap. "El amo y la histérica": la verdad que cuando se sabe ya no tiene ese valor de verdad pues la identificación, una vez revelada en términos de saber, cesa de sostener al sujeto y la verdad se desplaza a otro lugar. En los cuatro discursos del mismo Seminario, la verdad es un lugar fijo en la matriz del discurso por el que pasan los cuatro elementos: sujeto dividido $, el amo S1, el saber S2, el objeto a. En el discurso del analizante, que es el de la histérica, en el lugar de la verdad no está el saber sino el objeto a. La verdad del analizante es un objeto plus-de-gozar (a) y no está en el registro del significante, es el objeto causa de la división subjetiva y no el saber que el sujeto irá descubriendo. Es esta la diferencia entre la "plancha" del saber y la de la verdad. El saber está en el lugar de la verdad en el discurso del analista porque éste no está presente como sujeto sino como semblante de objeto causa, el agente del otro discurso.

El saber que cumple función de la verdad es el elaborado por los Analistas de la Escuela sobre lo real, no en lo real, el cual ha servido de verdad para el sujeto. Construcción que sobreviene después de la conclusión del análisis y que el sujeto no pudo simbolizar en la exploración significante del inconsciente transferencial. Saber que se opone radicalmente al saber elaborado por la ciencia, la cual explora lo real del objeto estudiado y no se interesa por la verdad que anima al investigador en su enfoque.

La verdad como causa hay que entenderla, para Lacan, como la causa material en Aristóteles, soporte material, la sustancia, la verdad del sujeto es la sustancia de su ser que funciona como causalidad doble: 1) la causalidad producida por la cadena significante, causa eficiente en Aristóteles, el movimiento que produce al sujeto; 2) la causalidad ligada al objeto causa del sujeto, es la materia misma del sujeto, causa material que no es significante. El objeto a, objeto pulsional, punto de verdad desde donde parte el discurso del sujeto analizante, verdad material que no es significante por esencia no puede enunciarse bajo la forma de un saber. Para Aristóteles la causa material es poco accesible al conocimiento.

Si la verdad no se puede enunciar con palabras en términos de saber ¿que significa encontrar en la cura su verdad de sujeto bajo la forma de un objeto pulsional? Este encuentro se manifiesta por un sentir del orden del afecto: la angustia, un acting-out durante la cura que muestra el objeto a al analista, un proceso maníaco-depresivo al final de la cura. Se trata de una experiencia vivida y no una lógica proposicional verdadera finalmente enunciada. Lo que muestra la diferencia entre la "plancha de imprimir de la verdad y "la del saber".

El acto analítico que materializa el deseo del analista opera como un bisturí para hacer aparecer lo que causa como la verdad del analizante, más allá del saber inconsciente advenido. Lacan lo expresa diciendo que al final del análisis el fantasma se reduce a la pulsión. Con este objeto conclusivo el psicoanálisis se opone a las prácticas que rechazan situar la causa del lado de la verdad del sujeto.

La ciencia, al rechazar la verdad del sujeto como causa que anima el deseo del investigador, crea la condición de su eficacia (p.853). La única verdad causal puede ser la causa formal (p.853), la que da una forma significante que permite definir, clarificar, obtener un nuevo saber sobre el objeto estudiado. La única categoría válida del objeto es su propia estructura, separada del científico, con la forclusión del sujeto y es por eso que la ciencia "no tiene memoria" (p. 848). Pero fracasa en esa tentativa, "esfuerzo de suturar" el sujeto (p.840), que retorna bajo la forma de prácticas oscurantistas como la religión integrista.

Para Lacan, se trata de situar el lugar del psicoanálisis entre las ciencias de tal manera que pueda interrogarlas. Es lo que está en juego en el retorno a Freud por la vía de los matemas. El manejo de las letras tiene tres aspectos: 1) la letra cerca lo real, lo bordea: el síntoma funciona como una letra que se escribe sobre el cuerpo a fin de condensar un real amenazante, 2) la letra permite el desarrollo de la lógica como ciencia de lo real, 3) las letras de las fórmulas son símbolos, no escapan a las leyes de lo simbólico. El teorema del Göedel demuestra que no todo es formulable. La verdad retorna bajo la forma de un síntoma (p. 224), forma de verdad del sujeto en cuyo corazón está el objeto a.

Con la topología Lacan intenta ir más allá de la lógica y sus límites, aunque las "planchas" del saber y la verdad ya se refieren a las superficies topológicas. La escritura de las fórmulas de la sexuación (Seminario 20, cap.VII) formula algo que no puede escribirse. Lo que se escribe de la relación sexual es la letra del síntoma organizada alrededor del objeto pulsional. Lo real de la no relación sexual es ahora la causa del sujeto, verdadero resto que las fórmulas no pueden simbolizar. Con esta topología ya no se plantea la verdad del sujeto, abandonando la categoría de sujeto por la de ser hablante, parlêtre, y su pareja es el sinthome bajo la forma del nudo. Después de esta mutación, el objeto a está atrapado en el nudo pero lo que ahora tiene de más real el síntoma es el Uno, que reenvía a la "pura percusión" primitiva en el cuerpo del lenguaje, estigma autoerótico del primer impacto de lalengua sobre el cuerpo.

Al año siguiente de este Escrito Lacan instituye el pase con la pregunta: ¿Cómo poner un saber sobre la verdad que empuja a un analizante a volverse analista? Y Monribot se plantea a qué llamamos rigor de transmisión en cuanto al psicoanálisis hoy en día. El candidato demuestra en el procedimiento del pase la escritura del fantasma atravesado, aclara los momentos en que cae el sujeto-supuesto-saber, capta los momentos de la extracción del objeto pulsional del campo del Otro, muestra cómo ha conseguido producir el "Uno" de la raíz de su síntoma. Así, puso como ejemplo su propio pase con la siguiente secuencia: 1) franquear las identificaciones de un fantasma mortificante: "estaba muerto y no lo sabía", 2) reintroducir lo vivo hasta desmentir que "La" mujer no existe, enmascarando lo real de la no-relación sexual, 3) reintroducir lo viviente a partir de la mirada como objeto a, 4) un síntoma conclusivo alrededor de una mujer según la lógica de la paretenaire-sinthome" y 5) el significante "escalofríos" de juventud enfermiza surgió con valor de "Uno" reiterado.

El niño que no sabe contar, no sabe qué significa "escalofríos". Su madre le dice: "es cuando tú tiemblas". Serán marcas de lo vivo experimentadas en el cuerpo y que se reproducen en una crisis de fiebre durante el pase, reiteración del "Uno" del escalofrío. Una parte de este trabajo de pase es la demostración que se articula, que da lugar a construcciones coherentes bajo la forma de un saber extraído de la cura. Sin embargo, no todo lo del pase se reduce a la demostración, algo se escapa. Son los restos sintomáticos que contribuyen al anudamiento, el cual no se demuestra con fórmulas, más bien se muestra.

Los AE testifican de una prolongada elaboración de saber pero durante el procedimiento mismo ¿cómo se transmite lo que no es reductible a ninguna construcción poética? ¿Cómo poner en evidencia la experiencia de satisfacción útil al discurso psicoanalítico? Por la enunciación que verifica "el deseo de pase". Reactualiza una proposición de J.-A.Miller: nombrar un AE no supuesto sabio sino un AE supuesto "artista". No se trata de encontrar un saber en lo real sino de inventar un saber sobre lo real, que no es el de las realidades biológicas o psicológicas porque tenemos el mismo sujeto que el discurso científico pero no el mismo objeto ni el mismo real. Lo que está en juego es demostrar cómo el analizante se las ha arreglado, en ausencia de la solución imposible de transmitir, con ese real. En materia de enunciación, algo más para convencer a un jurado de pase: el estilo, ligado a la manera en que el ser hablante ha podido sacar partido de esos restos incurables bajo la forma de creación, que no es exportable. La noción de "ultra pase" apunta a un más allá de la transmisión por la letra y la lógica, tal vez bajo la forma de la "proeza" artística donde la enunciación está en juego.

Rosalba Zaidel

"Punto vivo" del Seminario del Campo Freudiano de diciembre de 2013

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