La armonía transferencial 

Lectura del texto Las diferencias psicosexuales entre la histeria y la demencia precoz (1908). Karl Abraham.

Referencia presentada para la sesión del 14 de enero de 2016 del Seminario del Campo Freudiano de Barcelona, impartida por Antonio Di Ciaccia.

  • Publicado en NODVS XLVIII, febrer de 2017

Resum

Esta referencia versa sobre un temprano texto de Abraham (1908), tomado desde la perspectiva en que lo aborda Lacan en su escrito de 1958 "la dirección de la cura y los principios de su poder". Se centra en los puntos en los que Abraham se refiere al apartamiento de la libido objetiva en la demencia precoz, y su consecuente incapacidad transferencial. Deja de lado los puntos a los que Lacan se refiere sobre los componentes sexuales del coleccionista, y la incipiente construcción sobre el objeto parcial.

Paraules clau

Transferencia, Dirección de la cura, Abraham, Demencia precoz, Capacidad de amar, Lacan, autoerotismo, libido, Sacha Nacht.

La armonía

En Las diferencias psicosexuales entre la histeria y la demencia precoz, texto de 1908, que es al mismo tiempo una de las primeras aportaciones psicoanalíticas de Karl Abraham, encontramos un trabajo destinado a la elaboración de una clínica diferencial entre estas dos patologías. Este objetivo de diferenciación de estructuras clínicas, podríamos decir, atravesó en repetidas ocasiones los trabajos clínicos del psicoanalista alemán. Abraham, sin embargo, en las poco más de dos décadas consagradas al psicoanálisis, se centrará con más frecuencia en las descripciones de los estados maniaco-depresivos, y de neurosis obsesiva.

De igual manera su aportación a la clínica de la demencia precoz fue gratamente recibida, tal como señala Ernest Jones, en un estudio introductorio a la obra de Abraham, publicado en el International Journal of Psychoanalysis, en 1926, unos meses después de su muerte1. Allí el contemporáneo de Abraham y luego fiel biógrafo de Freud señala que el temprano texto del psicoanalista alemán se convirtió en fuente de controversia entre los colegas de Zurich, ya que éste permitía aplicar la teoría de la libido de Freud a la dilucidación de la demencia precoz, dejando en segundo término a las perturbaciones de las esferas del ego, campo abonado por Carl Gustav Jung.

Abraham inicia su escrito estableciendo que hasta entonces, las propuestas de diferenciación clínica entre la demencia precoz y la histeria, se resumían en un simple señalamiento del mayor o menor grado de sus padecimientos en el orden psicosexual, estableciéndose así, más bien un continuo. Es en este sentido que el autor se ve llevado a proponernos un resumen del desarrollo psicosexual per se, para intentar resolver las diferencias, teniendo siempre como orientación la idea de normalidad. No perdamos de vista en el siguiente extracto, la construcción que va desarrollando en torno a los conceptos de sublimación y transferencia, que son los que luego tienen una repercusión clínica que Lacan retomará en el escrito de La Dirección de la cura y los principios de su poder.  

“Las más tempranas expresiones de la libido del niño son de índole autoerótica –escribe Abraham-. En esta etapa el niño no conoce todavía ningún objeto sexual fuera de sí mismo. En el subsiguiente período de desarrollo se vuelve hacia un amor ‘objetivo’.  Pero esto no tiene inmediatamente una dirección fija y definida hacia personas del sexo opuesto. Hay varios instintos componentes en el niño, y en el curso normal de los acontecimientos, uno de ellos, el heterosexual, adquiere y retiene la posición de supremacía; mientras que la energía derivada de los instintos componentes es apartada del uso sexual y aplicada a importantes fines sociales. A este último proceso se le llama sublimación”2.

Aquí -no recuerda Abraham- se producen los sentimientos de repugnancia (en relación a los componentes homosexuales), vergüenza (como sublimación de la escopofilia y el exhibicionismo infantiles), y la piedad (después de sublimar componentes sádicos o masoquistas).  

En este proceso vemos entonces cómo la transferencia y la sublimación se anudan. Sin embargo no todo el desarrollo consiste en la transferencia de los impulsos sexuales hacia personas del sexo opuesto, ni a transformar la energía restante en sentimientos que impliquen una adecuada alineación con los ideales inscritos en el discurso. Si esto fuera así no pareciera que la sublimación pudiese estar al servicio de la invención. ¡No! “Tanto la transferencia sexual como la sublimación de la energía sexual van mucho más allá de estos límites –dice Abraham-; y ambos procesos se producen normalmente de un modo conjunto y armónico”3.

Ahora bien, ¿qué quiere decir Abraham con el epíteto “conjunto y armónico” con el que se refiere al modo en que se consiguen transferir los componentes instintivos?  

En esta breve historia, del desarrollo sexual infantil, vemos cómo se emparejan ya sublimación y transferencia. Sin embargo podemos preguntarnos si se asoma ya, como una especie de bisagra entre ellos, la sombra del objeto parcial, el objeto “quebrado y descompuesto”4 al que se refiere Lacan, en tanto la libido pasa del no poder ser recubierta en la transferencia de lo autoerótico a lo objetivo, a la necesidad de ser sublimada: esto es, la misma energía es fraccionada al aventurarse al mundo objetivo.

Una caricia y una bofetada

La primera mención que hace Lacan a Abraham en el escrito que estamos trabajando aquí, señala estas dos fuerzas opuestas que hemos dejado entrever al final del punto primero.  

Por un lado, en este texto de Abraham, -pero podríamos decir que la propuesta de Lacan5, es que esto es algo que tiene que ver con su doctrina, algo de lo que se han servido justamente algunos continuadores, contemporáneos de Lacan, en específico Sacha Nacht, haciéndolo patente en el informe que dirigió llamado “Psicoanálisis, hoy”- se encuentra el aporte del objeto parcial que Lacan celebra, y por el otro esa idea de armonía que está detrás de la consecución de la madurez genital en la normalidad, y a la que se le oponen los trastornos de la demencia precoz, por ejemplo, como una inmadurez del desarrollo de la libido, que en proceso regresivo y de retirada del mundo, como un hándicap transferencial, reenvía al sujeto al más crudo autoerotismo.

“El paciente cuya libido se ha apartado de los objetos –precisa Abraham-, se ha colocado a sí mismo contra el mundo”6.

Bien, en mi opinión cuando leí esta frase me pareció una manera muy poética y concisa para traer a un primer plano, y hace un siglo, lo que podría significar ese proceso del apartamiento de la libido del mundo objetivo. Sin embargo la consecuencia en relación a la transferencia que obtiene de aquí Abraham es lo que cifra ese otro movimiento que es señalado por Lacan como opacidad.

En este punto podemos leer a Lacan cuando dice en las páginas 584-585: “Fue Abraham quien abrió su registro (el de la relación de objeto), y la noción de objeto parcial es su contribución original. No es éste el lugar de demostrar su valor. Estamos más interesados en indicar su nexo con la parcialidad del aspecto que Abraham desprende de la transferencia para promoverlo en su opacidad como la capacidad de amar: o sea como si fuese este un dato constitucional en el enfermo donde puede leerse el grado de su curabilidad, y especialmente el único donde fracasaría el tratamiento de la psicosis”7.  

Una caricia y una bofetada. Eso le dedica Lacan a Abraham. La caricia la retomará en el desarrollo que hace más adelante, en las implicaciones para la transferencia que tienen las consideraciones sobre la vida libidinal del coleccionista (al final de la página 586), siempre que no se tomase a esta del lado de la patología. Para dar cuenta de la bofetada debemos ir un poco más despacio.

Abraham en “Las diferencias psicosexuales…” antes de entrar en la diferenciación de los cuadros histérico y de demencia precoz, ya nos anticipa esta centralidad que tiene la idea de la “capacidad de amar”, pero aún sin verse vinculada a la curabilidad, sino en este punto simplemente con la capacidad para la adaptación. Y dice así:   

“La conducta social del hombre depende de su capacidad para la adaptación. Ésta es, sin embargo, una transferencia sexual sublimada. Un “rapport” mental positivo o negativo se produce entre personas que han estado juntas durante algún tiempo, y se expresa en sentimientos de simpatía o antipatía. Es la base de los sentimientos de amistad y armonía mental –otra vez el término armonía-. La conducta de un ser humano en la vida social está enteramente de acuerdo con la manera en que reacciona ante los estímulos sexuales”8.

Aquí Abraham procede a describir dos tipos diferentes de caracteres, uno de fácil y otro de difícil acceso, y dice que ambos son signos de “una menor o mayor capacidad de adaptación, esto es, capacidad de transferencia”9.

Capacidad de amar

Abraham inicia la descripción del cuadro neurótico, en específico, histérico, planteándonos el conflicto surgido en el sujeto a partir del impulso sexual, que a diferencia de la persona normal está caracterizado por un deseo de excesiva fuerza, y por la carencia de “armonía interna”10. Sin embargo lo que caracteriza el funcionamiento histérico es que en lugar de apartarse de los objetos hacia los que se dirigen sus componentes instintivos, “la libido neurótica –cito a Abraham- se manifiesta en una intensificación de la transferencia. La catexia del objeto es anormalmente elevada; y se muestra una tendencia mayor que la normal hacia la sublimación”11.

Por oposición, siguiendo con la clínica del desarrollo psicosexual, a continuación Abraham nos da tres ejemplos de enfermos mentales, aquejados de demencia precoz, y según su propia descripción organizados de mayor a menor gravedad: El primero evidentemente enfermo, aislado, alucinado y sucio, el tercero podría incluso ser considerado lo que llamamos hoy una psicosis ordinaria.

“Todas estas formas de la enfermedad –escribe Abraham- tienen en común las mismas anomalías en lo que concierne a la vida emocional del paciente (...) Mientras que las ideas de las personas sanas son acompañadas por sentimientos adecuados, tal asociación emocional falta en estos pacientes. Pero puesto que hemos atribuido toda transferencia de emociones a la sexualidad, debemos llegar a la conclusión de que la demencia precoz destruye la capacidad de la persona para la transferencia sexual, esto es, para el amor objetivo”12.

A partir de aquí encontramos en el texto de Abraham varias versiones que apuntan en el mismo sentido: la constitución psicosexual anormal en la demencia precoz, redunda en un hándicap para sublimar y transferir la libido al mundo objetivo, es decir cercena su capacidad de amar, por lo tanto, se trata de entrada de una incurabilidad de base.

Esto es lo que Lacan aborda irónicamente13 como una petición de principio: una falacia en la que se justifica una argumentación, a partir de un elemento primero, que es imposible que exista si no es gracias a la argumentación como tal, y que en el punto de estancamiento es utilizada como un as bajo la manga. Una especie de solución a tiempo, para conservar la armonía del desarrollo teórico, y por qué no, la armonía de la transferencia.

Por ello el tono en el que he intitulado esta referencia, es el de la ironía, en tanto si pensamos la transferencia con Abraham, tan apegada a la idea de la armonía genital como objetivo del análisis, el trabajo analítico es convertido en el ejercicio de un poder meramente reeducativo. 

Notes

1. Abraham, K. (1908/2006). Las diferencias psicosexuales entre la histeria y la demencia precoz. En: Karl Abraham: Obras escogidas. RBA, Biblioteca de Psicoanálisis. Barcelona. p.31

2. Ibíd., p.63

3. Ibíd., p.63

4. Lacan, J. (1958/2006).  La dirección de la cura y los principios de su poder. En Jacques Lacan: Obras escogidas. RBA, Biblioteca de Psicoanálisis. Barcelona. p. 586.

5. Ibíd., p.585.

6. Abraham, K. Obras escogidas. Op. cit. p.70.

7. Lacan, J. Obras escogidas. Op. cit. pp.584-585.

8. Abraham, K. Obras escogidas. Op. cit. p.63.

9. Abraham, K. Obras escogidas. Op. cit. p.64.

10. Ibíd., p.64

11. Ibíd., p.65.

12. Ibíd., p.66.

13. Lacan, J. Obras escogidas. Op. Cit. p.585.

Erick González

La armonía transferencial 

Lectura del texto Las diferencias psicosexuales entre la histeria y la demencia precoz (1908). Karl Abraham.

NODVS XLVIII, febrer de 2017

Comparteix

  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Facebook