“Si tu verdad no es la nuestra, cállate”1.

Difamación y glamourización del silencio (y la droga) en “¿Cómo detener el tiempo?”2 de Ann Marlowe.

Trabajo del cartel express “Posición del analista y lógica femenina”, publicado en forma más abreviada en la página de las XV Jornadas de la ELP. "Mujeres, un interrogante para el psicoanálisis”.  

  • Publicado en NODVS XLVIII, febrer de 2017

Resum

El presente texto es la producción alrededor del lúcido testimonio de Ann Marlowe, extraído de su libro "How to stop time? Heroin from A to Z". El autor propone un recorrido por la obra vinculando conceptos como el consumo de drogas y la escitura. Tratando de dilucidar qué función cumple para la subjetividad de la escritora el objeto-droga. También muestra como se anudan de forma singular silencio y difamación, bajo el significante "glamour" y qué relación guarda todo ello con la posición femenina. 

Paraules clau

Objeto-droga, glamour, silencio, feminidad, difamación

“Cuando le pregunté a mi profesor de artes marciales, por qué mi mandíbula se sentía tan rara y tensa, él me respondió que era porque había algo que no estaba diciendo. Por supuesto que no le había contado que consumía heroína.”3 

Referencias como ésta al silencio, al cuerpo, a la irritabilidad, a lo oculto; detalles sobre las pasiones, el ejercicio de borrarlas, de borrarse, sobre la vestimenta, las escenas sociales, el movimiento musical underground, y la vida de una ciudad vista a través de “ojos punzantes”4 –una ciudad que late y al mismo tiempo desfallece, que pierde sus puntos de venta por culpa de la acción anti-drogas, una ciudad que se va mudando de barrio, y que intenta mantener lo auténtico, al mismo tiempo que se hace de todos sin ser de nadie; todo esto lo encontramos en “¿Cómo detener el tiempo? Heroína de la A a la Z” de Ann Marlowe5. Un testimonio de una finura tremenda, que en este lugar no voy a trabajar al detalle, sino que ateniéndome a un ángulo de abordaje intentaré poner sobre esta mesa sordamente luminosa, virtual, esta publicación online, un pequeño tema (o varios) entre los temas propuestos para Jornadas de la ELP del 2016.

 

Oculto (Hidden).

Vamos al grano. Ann Marlowe nos explica que su relación con la escritura está íntimamente relacionada con el consumo. No es que sólo pueda escribir habiendo esnifado heroína, pero ello es parte de la construcción que le permite un acceso al lenguaje. Nos dice que sólo se le ha hecho posible realizar esta construcción narrativa, de su vida en relación a la droga, a partir de esta estructura que vemos en su libro con forma de glosario de términos. El libro empieza por la entrada “A”, y se trata del recuerdo de un regalo que le dio su tía cuando era adolescente, un jersey blanco con la letra A en rojo ¡la inicial de su nombre claro! La A va seguida por el término “abstención”. Por el lado contrario la progresión de significantes nos lleva a un final en la palabra “Juventud (youth)”, que va antecedida por el término “withdrawing (síndrome de abstinencia)”, y en donde se decantan las conclusiones de dos movimientos de la pieza: la droga en el lugar del cortocircuito con el amor y el sexo, y la droga en el lugar falsificado de antídoto a la muerte.

Justo en el centro del glosario está este significante “Oculto”. Allí Marlowe introduce una de las temáticas que centra sus reflexiones, y que tiene que ver con el nudo capitalismo-consumo de tóxicos. “Pillar drogas puede ser una de las formas más veladas de derroche que puedes encontrar, lo que no tiene incidencia sobre su atractivo. Se trata de una interacción emprendida de una forma silenciosamente cercana: ‘¿C. o D.?’6 y ‘¿Cuánto?’ Siendo las únicas preguntas provenientes del otro extremo, y el nombre de la droga y el número de bolsas tu parte en el diálogo”7.

He dicho que vamos al grano, porque es en este punto donde he leído que la autora va sin concesiones a una construcción, que sin dejarlo todo hecho, dibuja el marco para contarnos su síntoma previo a la solución de ruptura8 que parece ser la droga.

Tal como en esa escena del encuentro entre el camello y el consumidor, en el que la respuesta de Marlowe a modo de código sería “D1”, para elegir una bolsa de heroína, en su casa había dos temas sobre los que se cernía una especie de silencio, ya que solo se susurraba en idiomas extranjeros, que podían ser el alemán en una mezcla con el yiddish, o el francés, y esos temas eran: el precio de las cosas, y la enfermedad de su padre.

“Lo que escuchaba tangencialmente decir sobre la enfermedad de mi padre lentamente se infiltró en mi conciencia, en la medida en que sus síntomas empeoraban. Cuando mis padres tomaron la decisión de decirme oficialmente que mi padre tenía Parkinson, todo encajó: ‘L-Dopa’ era su medicación, ‘Blickman’ su neurólogo (…) La noticia llegó como un alivio; ya se estaba haciendo obvio desde hacía algún tiempo que algo malo le estaba ocurriendo”9

Se pueden desplegar muchas cosas aquí. Pero me parece que este espacio es simplemente para dejarlas señaladas. Como se puede ver claramente, ‘L-Dopa’ está en serie con ‘Dope’. Blickman además de un apellido, hace referencia a la mirada en alemán. En ese recuerdo vemos un S1 silenciado, o más bien, un S1 que ha traspasado la censura ejercida por las lenguas extranjeras, y un efecto de alivio como consecuencia de poder ubicar ese significante.

Si seguimos la propuesta que hace Éric Laurent sobre las toxicomanías, aquí podríamos decir que en Ann Marlowe no se trata de una toxicómana. En todo caso su relación con este objeto-droga que es el ‘dope’, tiene una estructura de formación del inconsciente, y de solución de compromiso con el Otro. De todas maneras no es tan sencillo, porque si volvemos a la frase con la que abrimos este texto, encontramos allí el momento en el que Ann comienza a poder ubicar los efectos del uso de esa sustancia, del abuso de ese significante para producirse ese alivio, con el retorno de algo que podríamos reducir a una fórmula de yanofuncionamásparadetenereltiempo. Incluso aquí es cuando dice que deja de funcionarle el “dope” para poder escribir.

Si seguimos por otro lado, la referencia de Lacan, que encontramos en “una carta de almor”10, podríamos decir que esto que hemos propuesto sobre Ann Marlowe, diciendo, o diciéndole: “no eres una toxicómana” es una difamación.

 

Glamourización.

Se pudieran tomar muchísimas cosas para reproducir aquí las diferentes vías que encuentra la escritora para pensar la posición femenina. Podríamos ir a ver las entradas: girl, hologram, dosage, gender, irritability, nostalgia. Pero siguiendo esta línea abierta previamente, me centraré en el significante glamour, o más bien en el nombre que ella le da a un cierto vínculo entre el silencio y la difamación.

Antes de entrar en ello, de todas maneras hay que decir que la misma autora, explica cómo ella misma no se identifica por ejemplo con el nombre de Junkie. Nos habla de su relación particular con la droga, con la cual durante muchos años mantuvo un uso de fines de semana, o en los momentos de escritura, y además bajo unas modalidades que mantenían a ralla cierta aceleración de los efectos mortíferos en el cuerpo, como lo podía ser el no haberse inyectado nunca. En un apartado que ha llamado “Limpio (clean)”11, nos habla de un rasgo de su madre que se inscribe en su funcionamiento, y es el de la tendencia de ésta a combinar su rol de mujer moderna, empresaria, exitosa, autónoma, con una serie de actividades que le hacían pensar a la autora misma, en aquellas mujeres clásicas dedicadas a la casa, supeditadas a las órdenes del marido. La escena es la de su madre arrodillada en el suelo, limpiando con detalle cada línea entre las baldosas. Esa figura de la limpieza, la misma autora la pone en relación con el hecho de nunca haber podido esnifar una ralla de “dope” dispuesta por ejemplo sobre la cisterna de un W.C., o incluso sobre la repisa del lavamanos en los tocadores de los bares o discotecas, por una especie de tabú de contacto.

De todas maneras en el apartado de glamour, lo que la autora relata es el encuentro que tuvo con su mensaje de forma invertida:

“Toda escritura sobre la heroína, al igual que su consumo, se remonta a la mitológica y gloriosa Primera Vez. Esta es la verdad detrás de la calumnia ‘escribir sobre ello es glamourizarlo’. Por el contrario, no decir nada sobre ello es glamourizarlo, convirtiéndolo en secreto y prohibido. El veredicto de glamourización proviene de aquellos que no entienden conscientemente el por qué escribir sobre la heroína hace que ésta sea más atractiva; proviene del mismo impulso que motiva toda censura: si tu verdad no es la nuestra, cállate”12

Cuando la autora, previamente a publicar su libro, publicó un artículo de primera plana sobre la heroína, en el Village Voice, nos dice que entre los montones de cartas desagradables recibió dos tipos de respuestas:

Una: No es usted una junkie, -y no lo es porque no se encuentra económicamente ni corporalmente arruinada- y entonces ¿qué le autoriza a escribir sobre esto?

Y Dos: Al escribir sobre la droga, está usted glamourizándola, hasta el punto de haber empujado a mi amigo, que estaba limpio desde hace años, a recaer.

La reflexión de la autora en relación a estas formas de difamación se ven bien cuando entonces equipara este rechazo a su escritura con el tipo de respuesta que habitualmente recae sobre la escritura referida al sexo. El ejercicio que la autora propone es la de una especie de toma de distancia en relación a su mismación con respecto del Otro. Eso que se puede dar, según lo que dice Lacan, en una cierta modalidad de goce que podríamos llamar femenino, que vehicula una lógica fuerasexo, así como pensamos que se puede hacer uso de esta fórmula de “mismarse”, en un más allá de los términos que apuntan al orden fálico como lo pueden ser “semblante”, o “identificación”, en el ámbito o terreno que podríamos definir como el de las modalidades de relación entre un ser-hablante y el objeto-droga.

Este testimonio es en ese sentido un forzamiento, ya que vemos colarse algo a pesar de lo imposible que está implicado en la ruptura del matrimonio del sujeto con el falo que produce el objeto-droga. Todo esto se podría ampliar, pero por ahora lo dejamos aquí.

Notes

1. Marlowe, Ann. “How to stop time, heroin from A to Z”. Anchor Books Edition, 1999, p. 153.Todas las traducciones de éste libro han sido realizadas por el autor del artículo sin revisar la versión oficial en castellano publicada en la editorial Anagrama.

2. Ibíd.

3. Ibíd., p.237.

4. Traducción libre de “Pinned eyes”, término que hace referencia a las pupilas contraídas por los efectos de la droga.

5. Marlowe, Ann. “How to stop time, heroin from A to Z”. Anchor Books Edition, 1999.

6. Nota de traducción: C. se refiere a Cocaine (cocaína), y D. se refiere a Dope (Droga). El término dope ha quedado en el entorno social del consumo vinculado específicamente a la heroína. Esto probablemente provenga del libro de Burroughs “yonqui”, en donde expone que las otras sustancias que no son la heroína no son drogas como tal, ya que no crean una dependencia física.  

7. Ibíd., p. 159.

8. Laurent, Éric. “Tres observaciones sobre la toxicomanía”. En la página web de la AMP. http://wapol.org/es/las_escuelas/TemplateImpresion.asp?intPublicacion=4&intEdicion=1&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=168&intIdiomaArticulo=1 Consultada el 13/11/2016.

9. Marlowe, Ann. “How to stop time, heroin from A to Z”. Anchor Books Edition, 1999, p.161.

10. Lacan, J. El Seminario de Jacques Lacan, Libro 20, Aún (1972-1973. Editorial Paidós, 2008. p. 103.

11. Marlowe, Ann. “How to stop time, heroin from A to Z”. Anchor Books Edition, 1999. p.67.

12. Ibíd., 153.   

Erick González

“Si tu verdad no es la nuestra, cállate”1.

Difamación y glamourización del silencio (y la droga) en “¿Cómo detener el tiempo?”2 de Ann Marlowe.

NODVS XLVIII, febrer de 2017

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