Evolución de la teoría de Freud sobre la angustia a través del Caso Juanito

Texto elaborado en el marco del seminario de investigación de la tétrada "Nominaciones de lo Real. La angustia en la clínica de la neurosis y la psicosis" del curso 2018-2019, impartido por Vicente Palomera. 

  • Publicado en NODVS LIV, abril de 2019

Resum

El presente texto pretende ofrecer un desarrollo sobre las dos grandes hipótesis freudianas sobre la angustia, tomando como eje del trabajo el caso Juanito. 

Paraules clau

Angustia, Juanito, fobia y represión. 

Voy a mostrar a continuación, un breve recorrido sobre la evolución del concepto de angustia en la obra freudiana, destacando en ella dos tiempos. El primer tiempo se inicia a lo largo de sus primeros textos, como por el ejemplo el “Manuscrito E”. En el inicio de este periodo la angustia va a quedar asociada a la neurosis de angustia, separándose de las psiconeurosis (histeria y neurosis obsesiva) y de la neurastenia, junto a la cual formarían el gran grupo de “neurosis actuales”. Su hipótesis del momento es que la angustia surge por acumulación de tensión sexual somática que no es tramitada psíquicamente, o sea, que no deviene libido. Esta tensión sexual no encuentra forma de satisfacción y queda retenida en lo físico, mudándose en angustia. Freud en este momento distinguirá por un lado la excitación sexual somática, y por el otro, la libido sexual como afecto, como placer sexual.

Con la introducción del concepto de pulsión y su articulación con la represión, su concepto de angustia evoluciona y nos encontramos con la primera de sus grandes  hipótesis: la angustia, como efecto de la represión. De este período, cabe destacar el análisis del caso Juanito, en el que desarrolla de manera extensa esta primera teoría sobre la angustia. Freud afirmará en este periodo, que es por obra de la represión, que la representación psíquica de la pulsión –agencia representante psíquica- desaparece de la conciencia, mientras que el factor cuantitativo, o sea, la libido asociada, se muda en angustia. Entonces, una excitación libidinosa no satisfecha por acción de la represión es descargada directamente como angustia. En primer lugar se produce la represión, y como consecuencia, se produce la angustia.

No será hasta 1925, en su texto “Inhibición, síntoma y angustia”, cuando Freud elaborará una teoría más avanzada de la angustia, considerándola como una señal de alarma ante un peligro interno – la libido – o externo – la castración - . El orden de causación en su relación con la represión se invierte y Freud establece su segunda hipótesis: ya no es la represión la causante de la angustia, sino la angustia la causa de la represión.

Pasaré a continuación a desarrollar tal y como hizo Freud, las dos conceptualizaciones freudianas sobre la angustia a través del caso Juanito. La primera, la que el propio Freud realiza en el mismo texto de Juanito y la segunda, incorporada en su texto “Inhibición Síntoma y Angustia”.

Vayamos a continuación al primer desarrollo que Freud realiza sobre el caso:  

El caso del pequeño Hans, también traducido como el “caso Juanito”, fue publicado en 1909 bajo el título “Análisis de la fobia de un niño de cinco años” y pasa a la historia como el primer intento de aplicación del psicoanálisis en niños. Hay que decir que entre Freud y Juanito, hubo solo un encuentro. El tratamiento en realidad fue implementado por el propio padre quien a través de sus anotaciones sobre sus diálogos, sueños y fantasías del pequeño, fue orientado por Freud.

Antes de cumplir los 5 años, estando de paseo por el parque con su madre, Juanito contempló una escena: un caballo que tiraba de un pesado carro se desplomó en la calle. A partir de ese momento aparece una fuerte fobia hacia los caballos, y más específicamente a que un caballo lo muerda El miedo es tan grande que  le impide salir de casa. Podemos destacar aquí, que anterior a este episodio, ya se observaban en Juanito, indicios de estados de angustia: sueños de angustia, a la noche llora y no quiere separarse de su madre, así como la escena en la que estando en la calle con su niñera empieza a llorar y pide que lo lleven con su madre. Se trata en este primer momento de angustia, sólo en un segundo tiempo, esta queda fijada al miedo de que un caballo lo muerda, momento en el que se constituye la fobia.

Freud nombrará a las fobias como “histerias de angustia”. Con este término, reconocerá la base compartida entre la fobia y la histeria –existencia de libido desprendida del material patógeno como consecuencia de la represión-, pero que en la histeria de conversión, será convertida en inervación corporal y en la fobia será trasmudada en angustia.

En el caso Juanito, el proceso represivo tomará cuerpo en lo referente a:

-Su placer masturbatorio y excrementicio

-Sus fantasías edípicas expresadas como deseos de ternura erótica hacia la madre y de hostilidad hacia el padre

-Sus deseos hostiles hacia la hermanita

-Sus preguntas acerca de “de donde vienen los niños”.

En primer lugar, destacaremos el interés especial de Juanito por su pene, al cual designaba como “hace-pipí”. Juanito es realmente un investigador, así lo demuestran tanto sus preguntas como la teoría sexual infantil que él mismo se va construyendo basándose en el tener y no tener. Llega a crearse la hipótesis según la cual todo ser animado, por oposición a lo inanimado, tiene un hace-pipí.

A la edad de 3 años y medio aparece la masturbación y la amenaza de castración: su madre lo encuentra con la mano en el pene y lo amenaza: “si haces eso llamaré al doctor que te corte el “hace-pipí, y entonces, como harías pipí?”, “con la cola”, contesta Juanito. No será sin embargo más adelante y con efecto retroactivo, que la amenaza de castración adquiere vigencia y tiene efectos sobre Juanito. Ante el esclarecimiento por parte de su padre respecto que las mujeres no tienen hace-pipí,  aparece en Juanito el complejo de castración y el temor por conservar el pene. La amenaza de la madre, por retroacción, ha surgido efecto y el pequeño asume la posibilidad de la castración, es sólo en este momento, cuando aparece el complejo.

En este momento, el complejo de castración no está articulado directamente al Edipo como lo estará más adelante en su obra. Consiste en la amenaza que sienten los niños en el momento en el que constatan la diferencia de sexos, el niño tiene, la niña no, articulada las amenazas previas de los padres cuando estos se ocupan de su miembro. Son importantes, entonces, tanto la amenaza de castración como la percepción de la castración: no puede existir lo uno sin lo otro

El pequeño otorgará el privilegio a la zona genital, pero también sin duda, a la zona anal. Estas dos zonas erógenas se convertirán dirá Freud, en dos fuentes de placer, zonas relacionadas con los cuidados y los quehaceres de la crianza  asistidos por su madre.

En el curso de la fobia, deviene la represión de estos dos placeres: le dará vergüenza orinar delante de otros, él mismo se acusará de pasarse el dedo por el hace-pipí, se empeñará en resignar la masturbación y le producirá asco el “lumpf” y el pipí.

En segundo lugar, destacaremos que las fantasías edípicas se expresan en Juanito como deseos de dormir con la madre y procurarse sus cariños, y deseos de desaparición y muerte hacia el padre.

A lo largo del análisis tiene lugar un episodio de sadismo que se manifiesta con su deseo de pegar a los caballos y azotarlos. También hacia la madre, a quien le gustaría pegar con “el batidor de alfombras”. Diríamos que Juanito experimenta por un lado, deseos hostiles hacia su padre, pues lo contempla como rival y al mismo tiempo, inclinaciones sádicas hacia la madre pues es la que produce nuevos niños que vienen hacerle la competencia. Estos deseos de hostilidad aparecen de forma muy clara hacia la hermana, hacia la cual expresa que desearía que su madre la dejara caer en la bañera grande.

La interpretación de Freud sobre el caso, es que el caballo es el padre, “lo negro alrededor de la boca” sería el bigote, y “lo que los caballos tienen ante los ojos”, serían las gafas, atributo masculino. Así se lo comunica al pequeño en la visita que padre e hijo realizan en su consultorio.

A partir de este esclarecimiento Juanito empieza a dar más detalles de su fobia: no solo tiene angustia a los caballos, sino también a los carruajes, a los carros mudanceros y  a las diligencias. Su rasgo común sería su carga pesada. También expresa que lo que le angustia es que los caballos se “tumben”, se desplomen.

En este momento empieza aparecer en Juanito todo un interés relacionado con el lumpf, que quedaría anudado con el complejo de excreción: empieza a mostrar asco ante las cosas que le recuerdan la evacuación de las heces.

Aparece la fantasía del mecánico: “yo estoy en la bañera, entonces viene el mecánico y la destornilla. Entonces toma un gran taladro y me lo mete en la panza.”. Freud dirá que se trata de una fantasía de procreación: la bañera grande en cuyo interior está Juanito, es el seno materno, el taladro, el gran pene que lo taladra y lo mete dentro del seno materno.

Los niños serían paridos como el lumpf para la teoría sexual infantil, y de aquí, todos los carros mudanceros, diligencias y carros de carga serían la cesta de la cigüeña, subrogaciones simbólicas del embarazo y que al tumbarse y patalear, representarían el parto.

Y finalmente, la pregunta de Juanito acerca de los mecanismos biológicos asociados al nacimiento de los niños. Aparece el esclarecimiento de los padres al respecto: “los hijos crecen en mami y luego son traídos al mundo por medio de una presión como un lumpf.” Sin embargo, según Freud, este esclarecimiento llega demasiado tarde. Juanito ha dado ya muestras de su saber inconsciente sobre la pregunta “de donde vienen los niños”. Con esto, la amenazante llegada de más niños que pueden apartarlo de su madre se transforma en fobia hacia los caballos que llevan una carga muy pesada.

Habría en Juanito dos fantasías que indicarían la finalización de la enfermedad y del análisis. El primer sueño es el siguiente: “ha venido el instalador y con unas tenazas me ha quitado primero el trasero y después me ha dado otro, y después el hace-pipí.” Freud dirá al respecto que se trata de la superación de la angustia de castración, el médico instalador viene, le quita el pene para darle uno de más grande. La segunda, consisten en el deseo expresado por Juanito, de estar casado con la madre y tener con ella muchos hijos, ahora sin embargo, en vez de matar al padre, lo vuelve inofensivo y lo coloca como marido de la abuela.

Como hemos dicho anteriormente, ya se observaban indicios de estados de angustia mucho antes de que Juanito viera tumbarse el caballo de la diligencia. Es este hecho accidental, esta vivencia la que permite el anudamiento de la angustia con su objeto, en este caso, el caballo, permitiendo así una expresión sintomática. Al final de su texto, Freud sintetizará que más allá de la oleada de represión referida a sus dos componentes sexuales dominantes (placer genital y anal), estaría la sofocación de los deseos de hostilidad hacia el padre y los impulsos sádicos hacia la madre, inclinaciones agresivas que habrían sido sofocadas de manera muy temprana.

En inhibición, síntoma y angustia, Freud realiza una nueva lectura sobre el caso, en la que se orienta a partir de estos tres aspectos:

  1. La moción pulsional que sufre la represión
  2. El sustituto de la moción reprimida, o sea el síntoma.
  3. El motivo de la represión

1. La moción reprimida: el conflicto edípico -hostilidad hacia el padre y deseo hacia la madre-.

2. El síntoma como la incomprensible angustia frente al caballo.

El camino que lleva de la moción pulsional reprimida a su sustituto como fobia al caballo es el desplazamiento del objeto, la sustitución del padre por el caballo.

La moción hostil hacia el padre es reprimida por el proceso de la mudanza hacia el contrario, o sea, hacia la persona propia. Existe además una degradación de la libido, de la fase sádica al estadio oral que en Juanito se expresaría como el ser-mordido. En este sentido se trata de cómo el yo, consigue a través de la regresión, degradar la moción pulsional a un estadio inferior. Freud dirá que con este mecanismo de regresión, el yo daña de manera más enérgica la pulsión de lo que sería posible mediante solo la represión.

3.Vayamos finalmente al último punto, al motivo de la represión. Es en este texto cuando Freud introduce la angustia ante la castración como causa de la represión.

El proceso sería el siguiente: el yo, ante las mociones agresivas hacia el padre y la investidura libidinosa hacia la propia madre, discierne el peligro de castración inminente como castigo; a continuación, retira la investidura de la agencia representante de pulsión que es preciso reprimir (desalojo),  y la emplea para el desprendimiento de displacer, angustia. En el caso de la fobia, la angustia de castración recibe otro objeto y una expresión desfigurada: ser mordido por el caballo, en vez de ser castrado por el padre.

La angustia no proviene del proceso represivo mismo, de las investiduras libidinosas de las mociones reprimidas, si no del motor mismo de la represión, o sea, de la angustia de castración. 

La fobia permite sustituir un peligro pulsional interior (libido) por un peligro de percepción exterior (angustia de castración) y anudarlo a un objeto del cual uno puede sustraerse (caballo).

En este momento, complejo de Edipo y complejo de castración quedan anudados. La represión de las mociones de deseo provenientes del complejo de Edipo, se debe a la angustia que el niño siente ante la exigencia de su libido. Esta angustia, como hemos dicho, es el castigo de castración, la pérdida de su miembro.

Bibliografia

Freud, Sigmund. ʻManuscrito Eʼ. Obras Completas. Vol. I. Amorrortu Editores. Buenos Aires. 2011.

Freud, Sigmund. ʻAnálisis de la fobia de un niño de cinco años’. Obras Completas. Vol. X. Amorrortu Editores. Buenos Aires. 2006.

Freud, Sigmund. ʻInhibición, síntoma y angustiaʼ. Obras Completas. Vol. XX. Amorrortu Editores. Buenos Aires. 2012.

Magda Mataix

Evolución de la teoría de Freud sobre la angustia a través del Caso Juanito

NODVS LIV, abril de 2019

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