Un estudio de la obra freudiana sobre la libido y el lenguaje en los trastornos esquizofrénicos, a propósito del caso “El caminante o defender el lenguaje

Resumen del Trabajo de Investigación para el Diploma de Estudios Avanzados de la Sección Clínica, defensado en Barcelona el 7 de febrero de 2003

  • Publicado en NODVS V, febrer de 2003

Paraules clau

constitución del ideal del yo, fracaso de la simbolización primordial, psicosis en Freud, trastornos libidinales, esquizofrenia, identificación, teoría freudiana de la libido, estasis libidinal, pérdida de la realidad objetiva, trastornos de lenguaje

Quisiera agradecer en primer lugar a la Sección Clínica de Barcelona el haberme posibilitado realizar este trabajo y hacer hoy su defensa. También agradecer al director de esta memoria, el señor Miquel Bassols, sus orientaciones que han hecho que esto fuera un trabajo equipo. Y, a los colegas que me han escuchado todas las veces que me ha hecho falta.

Realizar un trabajo de investigación es comparable a la experiencia de un viaje, sabes el punto de partida pero no sabes qué vas a encontrar en el camino.

El punto de partida de este trabajo fue el encuentro con las psicosis en mi incipiente práctica, momento en el que eran más bien escasos mis instrumentos teóricos. Tenía una cierta formación en textos freudianos, es decir en la teoría de las neurosis.

Comienzo entonces un estudio más o menos sistemático de las psicosis, primero por los textos de psicoanalistas contemporáneos, cada uno me deja su impronta. Fueron orientaciones que me hicieron de guía.

En un segundo momento es la obra de Jacques Lacan la que comienzo a estudiar de un modo más detenido. Formación que realizo en actividades del Campo freudiano, como también en los trabajos que preparo para las supervisiones, reuniones de cartel...

El caso que desarrollo en este trabajo fue la ocasión del primer encuentro, en concreto con la esquizofrenia, y este trabajo es la respuesta a la sorpresa que me produjo no entender nada de lo que me decía una persona.

Hay pues una insistencia desde mi lado en ir dándole forma a esta vía de estudio en construcciones de casos, en breves contribuciones en actividades del Instituto y finalmente me planteo la posibilidad de un DEA.

Dentro de las psicosis era la esquizofrenia lo que mayor enigma me causaba, por su extrañeza; y, también lo que me causaba mayor preocupación en la práctica. Son casos que suelen revestir gravedad. Hay algo de lo inquietante que pone en alerta. No era sólo no entender sino además cómo hacer, pues la abstinencia y la prudencia también implican un hacer.

También me hacía pregunta ¿por qué Lacan le dedica sólo tres frases?

¿Por qué había tan poca bibliografía psicoanalítica, esto me parecía, comparado con las otras categorías clínicas? Aquí la lectura de los artículos de J. A. Miller viene en mi ayuda.

Conocía también que el interés de Freud por las psicosis era un interés estrictamente teórico.

Y es desde este marco teórico, es decir desde la teoría freudiana desde el que he realizado esta investigación. Parada necesaria de los temas que estudio.

La obra freudiana es una obra dinámica, es un pensamiento que lleva implícito el movimiento tanto por la evolución, por la transformación que los términos y conceptos van sufriendo, así como su articulación.

Asistimos con Freud a la creación de un corpus teórico, que como bien sabemos los que estamos aquí está fundado en una práctica.

Ha sido la ocasión de abrir una reflexión sobre la vigencia del pensamiento freudiano respecto de las psicosis, sobre su utilidad para la práctica, y sobre sus dificultades e impasses, para lo cual me pareció necesario apoyar el trabajo en la experiencia clínica, tomando un caso que ya había construido, presentado, publicado, es decir un caso que había pensado en términos lacanianos, someterlo ahora, analizarlo desde la teoría freudiana.

El primer abordaje desde esta perspectiva de la fenomenología del caso hizo que surgieran los dos ejes que han organizado este trabajo:

  • el lenguaje, las alteraciones del lenguaje.
  • la libido, teniendo en cuenta en un primer momento las crisis como movimientos libidinales.

Y a su vez, articular la teoría de las psicosis en Freud implicaba atravesar dos ejes vertebrales: la teoría de la libido, - especialmente el concepto de narcisismo -, y el mismo inconsciente. La libido es un concepto que ocupa un lugar privilegiado pues es lo que Freud va a relacionar por un lado con la causa, con el origen de las psiconeurosis pero además es lo que explica las diferencias diagnósticas. Y el inconsciente es la piedra angular del descubrimiento freudiano.

La metodología que he empleado ha sido realizar un rastreo cronológico del término "esquizofrenia", "dementia praecox", "neurosis narcisistas". Hay que agradecerle a los Strachey el ordenamiento, los comentarios y las notas de la obra freudiana.

La hipótesis de este trabajo es mostrar que la perturbación en el vínculo libidinal entre el yo y el mundo exterior está producida por un fracaso en la simbolización de la ausencia real del objeto.

Parto de la definición freudiana, ya tardía, de la psicosis como el desenlace de una perturbación en los vínculos entre el yo y el mundo exterior.

Para indagar de qué yo se trata y cómo este yo aprehende el mundo exterior planteamos un primer apartado titulado " El aparato psíquico freudiano" en el cual desarrollamos la concepción freudiana del funcionamiento del psiquismo humano. Básicamente es una concepción económica pues los procesos psíquicos funcionan con cantidades de energía que para ser "operativas", es decir para solventar tanto la exigencias del mundo exterior como las que provienen del cuerpo, han de ser, estas energías, retranscritas en signos. Su primera hipótesis es que en las psiconeurosis no se produce la traducción de ciertos materiales.

En el segundo apartado que hemos titulado "Aportaciones de las psicosis a la teoría de la libido" pretendemos mostrar la influencia decisiva del estudio de las psicosis en la teoría analítica. La segunda hipótesis es plantear las psiconeurosis a causa de una estasis libidinal. Lo que le lleva a distinguir una libido yoica y una libido de objeto. El supuesto básico para las psicosis es que ha sido retirada la libido de objeto y ha vuelto al yo. Y en el caso de la esquizofrenia ha vuelto a la fase del autoerotismo, es decir a un momento anterior de la constitución del yo. Vicente Palomera ha desarrollado muy finamente la cuestión del autoerotismo en la esquizofrenia en su tesis. Se concibe entonces el yo, que hasta entonces era una instancia represora, como un reservorio libidinal desde el que se puede emitir o almacenar las cargas libidinales. Ampliando de este modo la noción de libido, que hasta ahora era sólo la energía de las pulsiones sexuales, pasa a ser un interés psíquico general.

En el tercer apartado, titulado "Modificaciones del concepto del inconsciente a partir del estudio de la esquizofrenia" situamos los términos de la primera tópica, en la que el inconsciente queda definido como lo que contiene las investiduras de objeto genuinas, diferentes a las investiduras a las palabras. La esquizofrenia es explicada como la imposibilidad de transacción de investidura de las palabras a las cosas. Es lo que explica en esta expresión, yo diría poética: en la demencia precoz parece como si la libido en su empeño por regresar a los objetos, atrapara realmente algo de ellos, más sólo sus sombras.

En el cuarto apartado, titulado "El yo y sus relaciones con la realidad". La relación del yo con el mundo exterior es tratada por Freud en el inicio de su obra al plantear el problema del examen de realidad, cuyo desarrollo le lleva a plantear que el fin primero de la realidad es reencontrar un objeto que corresponda al representado, la condición es que tienen que haberse perdido objetos que procuraron una satisfacción real. Finalmente su idea es que tanto las neurosis como las psicosis tienen como consecuencia una pérdida de la realidad objetiva generada por un fracaso en la función del yo. Consideraciones que le llevan al problema de la escisión del yo.

Finalizamos esta primera parte con el apartado "El lenguaje en las psicosis". Tanto las formas delirantes como el lenguaje esquizofrénico muestran evidentes alteraciones en el lenguaje. Desarrollamos pues la concepción que Freud tiene del lenguaje y la explicación que encuentra para las peculiares formas de expresión en la esquizofrenia, siendo lo característico la referencia a partes del cuerpo, así como el dominio de relaciones de contigüidad entre las palabras, poniendo de manifiesto la radical separación entre palabras y cosas. La hipótesis de Freud será argumentar que a nivel del inconsciente las palabras son tratadas como cosas. Establecerá una relación entre la negación, considerada como una propiedad primerísima del lenguaje y el símbolo, que instaura el orden de la presencia y la ausencia. Hay pues una relación entre la ausencia de la afirmación primordial del símbolo que inaugura la cadena significante y las alteraciones tanto a nivel sintáctico como semántico que encontramos en el lenguaje esquizofrénico.

La segunda parte de este trabajo la hemos dedicado al desarrollo del caso "El caminante o defender el lenguaje". Fue éste un tratamiento que se realizó durante 4 años. Lo que motivó esta demanda de tratamiento, hecha por una hermana, es que esta persona había desaparecido de su casa y lo había encontrado la policía, varios días después, a 40 Km de su domicilio, a donde parece que llegó andando. Esta persona tiene una distrofia muscular que hace que tenga dificultades en la marcha.

Para este trabajo hemos distinguido entre trastornos libidinales y trastornos del lenguaje. Los trastornos libidinales los hemos explorado en dos niveles: a nivel de la problemática de la identificación y en las crisis y periodos de estabilización ocurridos en el tratamiento.

En el nivel de la problemática de la identificación hemos partido del supuesto que en el trastorno esquizofrénico se revela una alteración en la constitución del yo, y lo que en este caso se ha podido construir a través de su relato, especialmente lo que se refiere de su infancia, ha puesto de manifiesto la relación entre autoerotismo y delirio de grandeza.

Hemos podido constatar las repercusiones de esta alteración en la constitución de su imagen corporal, por ejemplo una de sus expresiones es este metabolismo diferente que yo tengo. Incluimos aquí lo que Freud llama el lenguaje del órgano que una de las formas que toma en este paciente es Nací de puntillas, que nos parece que es la marca con la que el sujeto esquizofrénico da identidad a su ser.

También en las definiciones que hace de su persona pues a falta de identificación encontramos una identidad con el ser de objeto. Se definirá como un tubo de ensayo, como un experimento.

Otra consecuencia que podemos relacionar es la imposibilidad de la constitución del ideal del yo. A falta del ideal del yo tenemos el delirio de grandeza - la figura del salvador - En el lugar de una aspiración aparece una certeza. Además de esta ideación encontramos lo que hemos llamado "Aforismos", frases dichas que parecen que vienen a ocupar el lugar de los ideales, como también el recurso, que tiene un efecto estabilizador, de los personajes célebres.

El otro nivel: crisis y estabilizaciones. Llama la atención la secuencia en la que aparecen sus crisis, lo que podemos denominar con el neologismo del paciente el repetismo de la enfermedad crónica, lo que nos hace pensar que en el modo particular de relación al lenguaje de este sujeto esquizofrénico encontramos también el automatón del significante.

Secuecia:

  • Julio 91. Crisis confusional, a los 4 meses
  • Noviembre 91. Crisis con convulsiones
  • Julio 92Crisis confusional, a los 4 meses.
  • Noviembre 92. Crisis con convulsiones.
  • Periodo de estabilización de año y medio.
  • Julio 94. Crisis confusional, ya no hubo crisis con convulsiones. El trabajo continuó durante un año y lo dejó pidiendo abrir un paréntesis.

Las crisis confusionales evidenciaban una retirada del interés por el mundo exterior, las manifestaciones eran mutismo, quietud, desvanecimientos... las crisis convulsivas podemos entenderlas como sacudidas libidinales en su cuerpo y como las conclusiones de las crisis que comienzan con los estados confusionales, pues tuvieron como efecto el inicio de periodos de estabilización. Aparecen entonces frases que lo estabilizan, que se inician con determinadas expresiones, haciendo referencia a lo que llama "personajes célebres". Digamos que encuentra apoyo en el lenguaje, como él dice: mi defensa es conservar algo de la cultura para poder comunicarme con los demás.

Actuando como desencadenantes, en la crisis por la que es traído algo del orden del encuentro con la sexualidad, pues lo que él dice es que empezaron a decir que excitaba a las alumnas de la Escuela - Taller, ya en el tratamiento, la llamada de una mujer y la tercera la reprimenda de un capataz.

Los trastornos del lenguaje han sido estudiados a partir de los dichos del paciente que presentaban alteraciones tanto del código - no concordancia de sujeto y verbo, coordinación de frases que no son equivalentes gramaticalmente, como del mensaje: utilización de palabras en un sentido opuesto, afirmar y negar con "y" y con "o", definiciones con la palabra a definir.

Uso neológico del lenguaje.

Nos parece relevante la construcción del puzzle que nuestro paciente realizó al hablar en una jerga de comprensión, es con este neologismo como nombra nuestro diálogo. La construcción del objeto significante "puzzle" fue realmente el objeto producido en este tratamiento, que le permitió construir una historia, dar explicación a su nacimiento y construir una teoría sobre el cuerpo que le posibilitó una estabilización imaginaria del mismo.

Aún así e incluso en los momentos estables aparecía una amenaza, decía hay barreras que tienen que estallar, hay burbujas que tienen que explotar, que me parecían un índice de la fragilidad de sus estabilizaciones.

Nuestra hipótesis de partida ha sido plantear las psicosis como una perturbación en los vínculos libidinales entre el yo y el mundo exterior a causa de un fracaso para simbolizar la ausencia real del objeto.

Las manifestaciones que encontramos en los trastornos esquizofrénicos - delirios de grandeza, alteraciones en la expresión lingüística con las peculiares referencias a partes del cuerpo - revelan una alteración en la constitución del yo y por tanto una alteración en la constitución de los objetos.

La primera oposición constitutiva que nuestro psiquismo realiza es yo - no yo, regida por el principio de placer. En dicha oposición el yo se incorpora los objetos del mundo que le son placenteros. Por esta razón la primera experiencia de satisfacción del objeto es alucinada, en un movimiento circular de la libido, vía que el yo abandona para dirigir su interés a los objetos del mundo exterior, que son los que pueden procurar la satisfacción real.

Freud aducirá como condición para instituir la realidad objetiva perder el objeto que procuró una satisfacción real. Ha de introducirse la dimensión de la pérdida, de lo que no hay; pues sólo sobre un fondo de ausencia la libido puede desplazarse.

La cuestión que se plantea para la psicosis es un fallo en la operación primaria consistente en sustituir algo del orden de la experiencia de satisfacción por un registro del orden del significante.

La solución que encuentra las psicosis para reparar el fracaso de la simbolización primordial es crearse realidades nuevas. Nuestra apuesta es que en esta capacidad creativa es donde radica la posibilidad de tratamiento.

Y es en esta vía que hemos acompañado al sujeto en su decir para sacar de él una enseñanza.

Concha Lechón

Un estudio de la obra freudiana sobre la libido y el lenguaje en los trastornos esquizofrénicos, a propósito del caso “El caminante o defender el lenguaje

NODVS V, febrer de 2003

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