"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de Barcelona de enero de 2008

Reseña de la presentación de Guy Trobas de las lecciones XVI y XVII del Seminario X, La angustia, en el S.C.F. de Barcelona de enero de 2008

  • Publicado en NODVS XXIV, març de 2008

Seminario del Campo Freudiano de Barcelona 2007-2008
La angustia
Jacques Lacan

Certeza de la causa

Guy Trobas destacó, de las lecciones XVI y XVII, el efecto de franqueamiento, el corte en la enseñanza de Lacan que supone que el objeto esté detrás del deseo, con el estatuto de "objeto de los objetos", en "la función pura del deseo", mientras la angustia, orientada por lo real en juego, media entre el goce y el deseo. El objeto deja de estar adscrito al deseo, según su intencionalidad, captado por delante de los sujetos y ocultando la causa detrás. Es la subversión del dualismo sujeto-deseante / objeto-deseado, donde lo "puro" se opone a la ilusión del deseo orientado por el fantasma.

La discontinuidad en la cadena significante, que ningún significante puede colmar hace al deseo irreductible a la demanda, pero el deseo tendrá aquí tres pies: uno en el Otro, el segundo en lo imaginario y, el de ahora, en lo real, en el objeto a. La afánisis del sujeto en el fantasma del Seminario VI en dialéctica, ahora, con la afánisis del sujeto en el objeto. Sin recurso al fantasma, la causa tiene la certeza de la angustia.

El tratamiento que Lacan da aquí al dominio del conocimiento se basa en la oposición de la noción de objetividad frente al neologismo "objetalidad". La referencia a Kant permite ver la pretensión actual de una metafísica científica que cree ocuparse de realidades en sí mismas, porque él es muy prudente al reintroducir el sujeto, que sólo conoce su mundo, y que la ciencia excluye. La objetalidad supone oponer la razón analítica a la razón pura kantiana, porque su lógica tiene el efecto de subversión del paralelismo entre sujeto pensante y sujeto de la imaginación, de los sentidos. Restablece la discontinuidad del corte en la supuesta continuidad del formalismo científico. La objetividad, que se presenta como el correlato de la razón pura, señala una constante: eliminar la función de la causa mediante la ley de causa-efecto, toda causa es efecto de otra causa. Formular el objeto a como corte, pedazo carnal de nosotros mismos, perdido en la experiencia corporal donde se produce ese corte, es el sustrato anterior de toda función de la causa, que sutura el paralelismo cartesiano a partir del "punto ciego" del conocimiento. El nuevo cientismo, ya descrito por Lacan, es una nueva forma de idealismo, materialismo impostor, porque tiene la ideología de la reducción de la causa a partir del funcionamiento "neurohormonal", en provecho de un organismo totalmente deshumanizado, sin su materialidad estructurante, el significante.

La raíz del conocimiento en este compromiso en el cuerpo tiene dos referencias en Lacan: a la biología animal, para resaltar que los tres registros: imaginario, simbólico y real tienen un esbozo en lo real de lo viviente; y la revisión del objeto oral, el escópico, el fálico. Al principio de su enseñanza formuló la pulsión como historia en oposición a la perspectiva genética, en el Seminario VI el matema S"D del grafo articula la pulsión con la demanda del Otro. En el Seminario XI el cuerpo simbolizado es el margen marcado por los significantes de la demanda del Otro, el objeto a está por fuera de ese margen. Aquí distingue entre el punto o lugar de la angustia y el punto o lugar del deseo en una temporalidad lógica que ordena el goce, el sujeto mítico del goce y la angustia constiutiva de la aparición del objeto y el deseo.

En este nivel es posible franquear el callejón si salida de la cura que es la roca de la castración. A cada nivel pulsional, oral, fálico y escópico, debemos plantear cómo cada objeto opera respecto a la angustia y el deseo. Ya no es la falta como objeto lógico que sirve a la satisfacción del deseo porque la angustia apunta a la verdad de dicha falta, con el objeto a, sin la mediación fantasmática. Lacan aconseja, para la dirección de la cura, situar "el punto de angustia" mediante tres disyunciones: a nivel oral el punto de angustia se sitúa en la madre, en el seno; a nivel fálico tenemos una inversión, en el objeto mismo, experiencia del deseo del otro como deseado, en el orgasmo, y a nivel escópico el punto del deseo y el punto de angustia coinciden pero no se confunden porque la angustia de castración desempeña su papel en la mirada, no en la visión.

Rosalba Zaidel

"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de Barcelona de enero de 2008

NODVS XXIV, març de 2008

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