Apuntes previos a las fórmulas de la sexuación*

Ensayo presentado para la obtención del Certificado de Estudios Clínicos de la SCB, dirigido por Hebe Tizio

  • Publicado en NODVS LII, juny de 2018

Resum

El ensayo propone reflexionar sobre la sexualidad femenina haciendo un recorrido por Freud y Lacan, para abordar la posición masculina y femenina en relación con el goce, partiendo del uso de la lógica. Plantea el pasaje del mito a la lógica, del Edipo a las fórmulas de la sexuación, siguiendo la orientación de J.A. Miller, en “Breve introducción al más allá del Edipo”. 

Paraules clau

Sexualidad femenina, fórmulas de la sexuación, Complejo de Edipo, predicado fálico, Complejos familiares, metáfora paterna, falo, Miller, Freud, Lacan

Introducción

Mi apuesta de inicio era trabajar sobre la sexualidad femenina bajo las fórmulas de la sexuación[1] de Lacan. Es decir, poder abordar las diferencias de la posición masculina y femenina en relación al goce partiendo del uso que Lacan hace de la lógica y no desde lo biológico o la cuestión del género. Sexualidad femenina pensada en un primer momento desde el eje del estrago materno que incide de lleno en una elección de pareja que lleva a la mujer a lo peor, como veo a modo de repetición en mi trabajo con casos de violencia en la pareja. Pero ¿cómo y por dónde empezar a abordar algo en si tan amplio y complejo, sin tener la base bajo la cual se sustenta dicha elaboración? ¿Cómo poder encontrar un S2 para no seguir a la deriva?

Finalmente, un hallazgo: a partir de la lectura no tan fortuita de “Breve Introducción al más allá del Edipo”[2], algo se vacía y permite que ciertas ideas precipiten para construir esa base. 

Para poder hablar de la sexualidad femenina, estrago, feminidad… la vuelta me conduce al origen tanto en relación a qué dicen Freud y Lacan de esto, como que, para hablar de la sexualidad en el adulto, hay que interrogar la sexualidad infantil.

En el prefacio de “Del Edipo a la sexuación” se articula la pregunta ¿Qué lugar tiene hoy el Edipo? Del Edipo a la sexuación es un pasaje en la enseñanza de Lacan.  Este imprime una nueva dirección: con la construcción de la metáfora paterna inaugura un camino que va desde el mito a la lógica que lo sostiene. La operación que permite este pasaje encuentra su punto de llegada en la sexuación. La posición que el sujeto tome respecto a la función fálica determinará lo que llamamos hombre o mujer, incluso, y tal como lo señala Jacques-Alain Miller, “más allá de las identificaciones imaginarias y simbólicas pone en juego la insondable decisión del ser en cuanto al goce”.

El trabajo a continuación pretende recorrer ese tránsito del mito a la lógica, del Edipo a las fórmulas de la sexuación, sin entrar en ellas, haciendo el recorrido de Lacan en su retorno a Freud,  siguiendo la orientación de Miller en este pasaje. Miller[3] habla de ciertos errores de Freud y Lacan que me servirán para organizar los 5 apartados de este ensayo.

1. El error de Freud fue creer que el predicado fálico clasificaba a los seres humanos en dos clases según lo tuvieran o no.  Miller plantea que “La disyunción de dos fórmulas escritas con el mismo predicado permite ver que ambas lógicas tienen el carácter paradójico, no percibido por Freud, del predicado fálico.

 2. Un primer error de Lacan, se despliega en “Los complejos familiares…”,  “fue haber creído de entrada que la castración no era más que un fantasma para inscribir el capítulo del fantasma del cuerpo despedazado, y que traducía en lo imaginario el daño causado al narcisimo del sujeto” 

 3. Un segundo error de Lacan, fue haber coordinado la castración con el Edipo, como lo articula la fórmula paralingüística de la metáfora paterna.

 4. Lacan produce un viraje con el escrito “La significación del falo” donde da cuenta de la primacía del falo sin referencia al Edipo. Coordina dificultosamente el falo con el significante como tal, y ya no con el significante privilegiado del Nombre del Padre.

 5. Conclusiones

 

1. Freud y el predicado fálico

Me ayudaré de los tres tiempos que sitúa Marina Recalde en su ensayo[4], concretamente del capítulo que hace referencia al Edipo en Freud, para recorrer los  cambios de la conceptualización de la sexualidad a lo largo de la obra freudiana y poder pensar ese error de Freud que menciona Miller.  

De 1905-1923: Ya en 1905  [5] Freud articula su premisa fálica, tanto para los niños como para las niñas. Apuntando a cierta simetría: todos los seres humanos poseen idéntico genital (masculino) con lo que nombra el complejo de castración para los niños y envidia de pene en las niñas. En este momento el complejo de castración está enlazado con la pérdida de los genitales masculinos, Freud aun no distingue la amenaza de castración de la angustia de castración.

De 1924-1930: Freud empieza a preguntarse por la disolución del complejo de Edipo, que pone fin a la premisa fálica y su teoría comienza a tambalear. En “El sepultamiento del complejo de Edipo”[6] establece una disimetría. Para el varón el complejo de Edipo se diluye por la amenaza de castración. En cambio la niña acepta la castración como algo consumado. Freud se encarga de aclarar que tanto el deseo de poseer un pene como el de recibir un hijo permanecen en el inconsciente y contribuyen a preparar el ser femenino para su posterior papel sexual. Queda así diferenciada la amenaza de castración de la angustia de castración. En este artículo las salidas del Edipo para la mujer son dos: complejo de masculinidad o renuncia al pene intentando compensar la pérdida por la vía de la ecuación simbólica pene = hijo

En 1925[7] habla por primera vez de una prehistoria del Edipo en el varón y en la niña, lo que le lleva a tratar inevitablemente la relación con la madre. La madre es el primer objeto para ambos, en el Complejo de Edipo, el varón la retiene, en cambio, llega la niña a abandonarla y adoptar, en su lugar, al padre como objeto.

De 1931 en adelante. En el artículo Sobre la sexualidad femenina[8]  Freud parte de las mismas preguntas que en 1925 pero hace un análisis mucho más detallado. El Edipo ya no es el núcleo de las neurosis, sino que éste lo constituye la fase preedípica de la mujer: su ligazón con la madre. Apunta, por un lado,  a la intensidad y prolongada duración de la ligazón preedípica de la niña con su madre, y por otro, efectúa un extenso examen del elemento activo en la actitud de la niña hacia la madre, concretamente del extrañamiento del objeto-madre y en la feminidad en general.

Más adelante, en 1933[9]  Freud se pregunta directamente por el enigma de la feminidad, descartando que la respuesta esté del lado de la ciencia anatómica, es decir de los órganos ni tampoco del lado más psicológico, donde se relacionaría feminidad con pasividad y masculinidad con actividad. Comenta que el psicoanálisis no pretende describir qué es la mujer  sino como deviene, como se desarrolla a partir del niño de disposición bisexual e incide de nuevo que no se puede comprender a la mujer si no se pondera esta fase de la ligazón madre-preedipica. Como, cuando y porqué la niña se desprende de la madre, cambiando no solo la zona erógena del clítoris a la vagina sino también el objeto de amor de la madre al padre.

Freud centra en el descubrimiento de la castración, el punto de viraje en el desarrollo de la niña. Según él ahí parten tres orientaciones del desarrollo: una lleva a la inhibición sexual o neurosis, la otra a la alteración en el carácter en el sentido de un complejo de masculinidad, y la tercera, en fin, a la feminidad normal.

En esta tercera vía del desarrollo Freud explica que el deseo con que la niña se vuelve hacia el padre, es sin duda el deseo de pene que la madre le ha denegado y que ahora espera del padre. Sin embargo, la situación femenina sólo se establece cuando el deseo de pene se sustituye por el deseo del hijo. Y es con ese deseo transmutado que la niña ingresa en la situación del complejo de Edipo.

Así para Freud fuera desde el punto de vista biológico, psicológico o psicoanalítico, la lógica era por la vía del tener el falo o no tenerlo, pero él mismo observaba que en relación a la feminidad, desde esa lógica, algo quedaba sin explicar.

 

 2. Lacan y los complejos familiares[10].

En el escrito sobre La familia[11], el tema central es el narcisismo y la relación complementaria entre narcisismo y la agresividad fundamental. Y articula estos dos términos en relación al complejo de Edipo y lo que llama en este momento, fantasía de castración.

Lacan sitúa el complejo de Edipo como la culminación de la sexualidad infantil y el inicio de la represión que reduce las imágenes al estadio de latencia hasta la pubertad. Plantea que la concepción de la represión de la sexualidad reposa en la fantasía de castración y sostiene que esa fantasía de castración viene precedida por toda una serie de fantasías de despedazamiento del cuerpo. “La fantasía de castración representa la defensa del yo narcisista, identificado con el doble especular, contrapone el resurgimiento de la angustia que en el momento inicial del Edipo tiende a quebrantarlo; crisis causada no por la irrupción del deseo sexual en el sujeto, sino por el objeto que él reactualiza, es decir, la madre.”[12]

Este fantasma de castración viene al lugar de la defensa del yo narcisista frente la angustia que reactualiza la madre. Castración entendida como una parcialización de los fantasmas globales del cuerpo fragmentado.  Trata a la castración como a un fantasma que se sostiene en la elección de una parte del cuerpo especial donde se concretiza de alguna manera esa dislocación y ese desmembramiento.

La función del padre es verdaderamente rechazada, como al margen, como por fuera de esa esfera fantasmática dominada por la presencia materna desde el destete. Vemos anunciado en este texto lo que vendrá luego, esa posición excepcional del punto de capitón como presencia del Nombre-del-Padre.  Pero en este texto, toda la fantasmática humana, inclusive la castración, está tomada en el paréntesis materno. La función del padre aparece como de un orden totalmente otro, aunque no tenga aún otro término que imago del padre para calificarlo.

En este momento Lacan sitúa la castración en lo imaginario, no habla de pulsión sino de instinto y no ha articulado aún la metáfora paterna.

 

3. Lacan  y metáfora paterna

La asunción de los atributos sexuales en los dos sexos no se produce de manera natural sino que requiere de una operación simbólica: el niño y la niña deben pasar por el Edipo para asumir el propio sexo.

Lacan [13] sostiene que las posibilidades de articular el Complejo de Edipo y sus mecanismos con el complejo de castración, residen en la estructura de la metáfora paterna.

La metáfora paterna concierne a la función del padre, y esa función tiene un lugar bastante amplio en la historia del análisis, básicamente  se encuentra en el corazón de la cuestión del Edipo.  El padre ahí no lo explica como objeto real, sino como metáfora, y si una metáfora es un significante que remite a otro significante, la función del padre en el complejo de Edipo es la de ser un significante que sustituye al primer significante introducido en la simbolización, el significante materno.

Padre   Madre

           .           

Madre    x

 

Plantea que para comprender el Edipo hay que considerar tres tiempos:

Un primer tiempo, donde el niño busca satisfacer el deseo de la madre, es decir, ser o no ser el deseo de la madre, el sujeto se identifica en espejo con lo que es el objeto de deseo de la madre, ser el falo.

En un segundo tiempo, en el plano imaginario, el padre interviene realmente como privador  de la madre, la demanda dirigida al Otro es remitida a la ley.

Una tercera etapa, donde el padre interviene como el que tiene el falo y no como el que lo es, y por eso puede producirse el giro que reinstaura la instancia del falo como objeto deseado por la madre, y no ya solamente como el objeto del que el padre puede privar.

En este tercer tiempo del Edipo femenino, Lacan lo distingue totalmente de la maternidad. No lo sitúa en absoluto por la maternidad sino por la verdadera mujer, La mujer es la que sabe dónde ir a buscar el falo[14].

 

4. Lacan  y la significación del falo[15]

Lacan introduce en primer término que el complejo de castración inconsciente tiene función de nudo, remitiéndose a dos aspectos: 

1º“En la estructuración dinámica de los síntomas, en el sentido analítico de este término, queremos decir de lo que es analizable en las neurosis, las perversiones y las psicosis”   y

2º “En una regulación del desarrollo que da su ratio a este primer papel: a saber la instalación en el sujeto de una posición inconsciente sin la cual no podría identificarse con el tipo ideal de su sexo, ni responder sin grandes vicisitudes a las necesidades de su partenaire en la relación sexual, ni acoger con justeza las del niño que es procreado en ellas”.

Por un lado, plantea el síntoma como una significación que viene de una experiencia anterior reprimida, la castración materna. La castración, haciendo uso del grafo del deseo, viene  definida por una marca del deseo. Y por otro, deja caer el mito para ligar el falo al sujeto del inconsciente. Hay un corte del organismo por el significante que es lo que posibilita la constitución del sujeto sexuado, e implica una pérdida de ser. Define el falo en relación a esa pérdida[16].

Lacan da un valor significante  al falo a partir de la lingüística y el estructuralismo. El falo, dice, no es una fantasía, no es como tal un objeto (parcial, interno, bueno o malo) menos aún es el órgano, pues el falo es un significante. Operación donde separa el falo de la realidad del órgano y de su imagen y lo define en un primer tiempo como “Un significante destinado a designar en su conjunto los efectos de significado, en cuanto el significante los condiciona por su presencia de significante” Para dar cuenta de la importancia del falo en el campo del deseo más allá de la demanda hace una articulación entre necesidad, demanda y deseo. Así el deseo no es ni el apetito de la satisfacción, ni la demanda de amor, sino la diferencia que resulta de la sustracción del primero a la segunda, el fenómeno mismo de su escisión (Spaltung)”[17]. El deseo es el resultado de restar la exigencia de la necesidad a la demanda de amor, por eso toma forma de condición absoluta en relación al Otro.

Avanzando en el texto sobre la Significación del falo encontramos una segunda definición del falo: “El falo es el significante privilegiado de esa marca en que la parte del logos se une al advenimiento del deseo”.  Definición del falo como significante encrucijada entre los tres registros real, simbólico e imaginario entendidos en ese momento. Introduce algo más al falo como significante, significante que se inscribe en la coyuntura entre el logos y el deseo.

Y aún añade una tercera definición: “El falo como significante da la razón del deseo”. Definir el falo como el significante que da la razón del deseo humano introduce una medida, tanto en el desarrollo como en las relaciones entre los sexos. Esto permite al autor operar y buscar una solución a sus respectivas problemáticas, que aborda seguidamente a través de dos binarios: el primero, la dialéctica entre la demanda de amor y el deseo, que introduce en el sujeto una división generadora, a su vez, a un segundo binario, el del ser el falo o tenerlo. 

Se ven los intentos que hace Lacan para unir el falo con el significante como tal, más allà del Edipo y del significante del Nombre del Padre para atrapar algo del real en juego.

 

5. Algunas conclusiones

Me ha parecido muy interesante seguir las elaboraciones y articulaciones que van haciendo tanto Freud como Lacan a lo largo de su obra sobre las diferencias de la posición masculina y femenina respecto de la sexualidad y del goce. Y como esa elaboración se transforma, cambia, gira en función del momento teórico en el que se encuentran.

Freud en sus inicios parte de la premisa fálica desde un punto de vista orgánico, hay una simetría, poseen idéntico genital y es la elaboración de esa pérdida que diferencia los dos sexos, el varón lo tiene y aparece el complejo de castración y la niña no lo tiene, a las que les designa la envidia de pene. Con el tiempo no lo sitúa tanto en lo biológico y lo aborda como un proceso inconsciente: plantea que existe una disimetría en la disolución del complejo de Edipo, en el varón el complejo de Edipo se diluye por la amenaza de castración y la niña, en cambio, acepta la castración como un hecho consumado de entrada. En este mismo período Freud empieza a constatar la importancia de la etapa preedípica en la diferenciación sexual, y que la ligazón con la madre tiene un papel crucial sobretodo en relación a la posición femenina. Ya en el último Freud encontramos la pregunta directa sobre la feminidad, sobre como deviene la mujer. A la pregunta clara y pese a su empeño, su respuesta queda corta o más bien, acorde a su época. Concluye que la feminidad “normal” pasa por cambiar de objeto de amor de la madre al padre, y por transferir el deseo de pene por el deseo de hijo, es decir considera que la feminidad es igual a maternidad, siempre por la vía del tener.

Lacan en su elaboración trata de articular la castración donde se ve un recorrido por los tres registros I-S-R.  Primero al fantasma del cuerpo despedazado, en la imaginarización del cuerpo, después trata de coordinar la castración con el Edipo, a partir del lenguaje y la metáfora paterna. Eso le lleva abandonar el significante del NP ante la primacía del falo de un modo donde la castración queda ligada al significante y al lenguaje, se ve en este momento teórico la predominancia del registro de simbólico.

Indagar en ese pasaje del mito a la sexuación que transita por las identificaciones imaginarias y simbólicas me ha servido para tratar de dar cuenta de la insondable decisión del ser en cuanto al goce y hacer un abordaje desde lo real. Cuestión que queda abierta para una futura investigación el poder encarar esa pregunta bajo la óptica de la última enseñanza de Lacan. Poder abordar las fórmulas de la sexuación, continuando el recorrido empezado y apuntando no solo lo relativo al goce fálico sino también al Otro goce. Queda pues la oportunidad y el deseo de seguir adelante con dicha elaboración.

Notes

(*) El reciente trabajo incluye algunas  modificaciones respecto del trabajo presentado, ya que incorpora algunas de las sugerencias, comentarios y anotaciones de la valoración de dicho ensayo realizado por la Comisión de Ensayos y Memorias de la SCB.

 

[1] Sexuación: Neologismo introducido por Lacan para referirse a la asunción del sexo y no para dar cuenta del sexo biologico

[2] Miller, J.A “Breve introducción al más allá del Edipo” en Del Edipo a la Sexuación. Compilación del ICBA. Ed. Paidos  pag 17-22

[3] Ibidem

[4] Recalde, M. “El Edipo femenino: un interrogante freudiano” Ensayo presentado en la Sección clínica de Buenos Aires en 1995.

[5] Freud, S.  “Tres ensayos de teoría sexual, y otras obras” Obras completas. Amorrortu. Buenos Aires-Madrid. (1901-1905) Volumen VII. Pag 177

[6] Freud. S. “El sepultamiento del complejo de Edipo” Obras Completas. Buenos Aires Amorrortu,1985,  Vol. XIX. p.33, n.9

[7] Freud, S. Obras completas de Sigmund Freud.  Volumen XIX - El yo y el ello, y otras obras (1923-1925)”Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos” (1925). Ed. Amorrortu. Buenos Aires-Madrid

[8] Freud, S. Obras completas de Sigmund Freud. Volumen XXI - El porvenir de una ilusiónEl malestar en la cultura, y otras obras (1927-1931). “Sobre la sexualidad femenina” (1931) Ed. Amorrortu. Buenos Aires-Madrid

[9] Freud, S. Obras completas de Sigmund Freud.  Volumen XXII - Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis, y otras obras (1932-1936) “33ª conferencia: La feminidad” (1932). Ed Amorrortu. Buenos Aires-Madrid

[10] Lacan, J. "Les complexes familiaux dans la formation de l'individu", en Autres Écrits, Éditions du Seuil, Paris, 2001, pag. 31.

[11] Lacan, J. La Familia. Los complejos familiares en la formación del individuo. (1938) Ed. Argonauta.

[12] "Lectura crítica de 'Los complejos familiares' de Jacques Lacan", en Freudiana, Número 47, Editorial Gredos, Madrid, 2006.

[13] Lacan, J. “Seminario 5: Las formaciones del Inconsciente” (1957-58). Ed. Paidós

[14] Miller, JA. El seminario de lectura del libro V de Jaques Lacan “Las formaciones del inconsciente” Escuela del Campo Freudiano de Barcelona (1998)

[15] Lacan, J. Escritos 2. “La significación del falo” (1958) Conferencia pronunciada por Lacan en alemán ("Die Bedeutung des Pahallus") el 9 de mayo de 1958 en el Instituto Max Planck de Munich

[16] Alvarez, M. “Clínica femenina del amor a la luz de la significación del falo” http://www.elblogdemargaritaalvarez.com/2016_07_01_archive.html

[17] Ibidem

Bibliografia

Miller, J.A “Breve introducción al más allá del Edipo” en Del Edipo a la Sexuación. Compilación del ICF

Recalde, M. “El Edipo femenino: un interrogante freudiano” Ensayo presentado en la Sección clínica de Buenos Aires en 1995. 

Freud, S.  “Tres ensayos de teoría sexual, y otras obras” Obras completas. Amorrortu. Buenos Aires-Madrid. (1901-1905) Volumen VII. Pag 177

Freud. S. “El sepultamiento del complejo de Edipo” Obras Completas. Buenos Aires Amorrortu,1985,  Vol. XIX. p.33, n.9

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Lacan, J. "Les complexes familaux dans la formation de l'individu", en Autres Écrits, Éditions du Seuil, Paris, 2001, pág. 31.

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Miller, JA. El seminario de lectura del libro V de Jaques Lacan “Las formaciones del inconsciente” Escuela del Campo Freudiano de Barcelona (1998)

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Alvarez, M. “Clínica femenina del amor a la luz de la significación del falo” http://www.elblogdemararitaalvarez.com/2016_07_01_archive.html

Oriana Novau

Apuntes previos a las fórmulas de la sexuación*

NODVS LII, juny de 2018

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