Las tetas de Tiresias 1

Referencia presentada en el Seminario de Campo Freudiano, durante la sesión del 13 de noviembre de 2021, impartida por Isabel Durand.

  • Publicado en NODVS LXII, novembre de 2021

Resum

Desarrollo sobre la obra de teatro, y posterior publicación literaria, llamada  Las tetas de Tiresias , de Apollinaire, de enorme actualidad al poner en juego el cuestionamiento de los parámetros clásicos de sexualidad. Lacan se sirve de la misma para introducir lo que después, en las fórmulas de la sexuación, será el goce femenino, como uno más allá del falo.

Paraules clau

Goce, ausencia, homosexualidad femenina, mito, transexualidad

Guillaume Apollinaire escribió esta obra de teatro que fue estrenada en París en el año 1917, en el marco de la Primera Guerra Mundial, constituyendo un hito dentro de la vanguardia cultural francesa. Antecedente ineludible del teatro del absurdo, su estilo desafiante, burlón, y con un especial gusto por el sentido de los juegos homofónicos, interesó especialmente a Lacan al poner en jaque los parámetros clásicos de sexualidad.

Lacan, en su referencia a Apollinaire, lo presenta como “el que introduce el término surrealista2. Es así como en el Prefacio, el autor de Las Tetas de Tiresias indica que ha forjado este neologismo 3, un adjetivo que hasta el momento no se había utilizado nunca en el mundo artístico. Lo crea para tomar distancia de las tendencias hegemónicas de su época, que solían plasmar sobre el escenario obras costumbristas, en un esfuerzo por reflejar la realidad con la mayor objetividad posible. La vía descubierta a partir de la fantasía y la imaginación, le permitirá superponer -como si de un collage se tratase- elementos heterogéneos, aparentemente inconexos, en ocasiones fuera de sentido, que van armando la trama del discurso, al tiempo que la agujerean.

Antes de introducir la obra, resulta fundamental en este punto hacer un pequeño desvío, para hacer emerger la referencia implícita a la mitología griega sobre la que ésta se erige. Podría decirse que la obra de Apollinaire es una reinterpretación, con aires de parodia y sarcasmo, del mito de Tiresias. Según desarrolla Ovidio en Las metamorfosis 4, Tiresias fue uno de los adivinos más populares de la ciudad de Tebas, aquel que anuncia su trágico destino en Edipo. La leyenda cuenta que Tiresias, al pasear un día por el bosque, encuentra a dos serpientes apareándose, matando a la hembra en su intento por separarlas. A modo de castigo, se transforma en mujer. Siete años después, la misma escena vuelve a repetirse; esta vez, mata al macho y se devuelto a su condición de hombre. Mientras tanto, Zeus y su esposa Hera discutían sobre quién alcanzaba el mayor placer sexual, si el hombre o la mujer, por lo que decidieron convocar a Tiresias para que resolviera el enigma, dado que había accedido a ambos lados. Éste respondió que el hombre goza un décimo de lo que puede gozar una mujer, razón por la cual Hera, enfurecida, lo condenó a la ceguera, mientras que Zeus, a modo de compensación, le otorgó el don de la clarividencia. Desde entonces, privado de la visión, Tiresias adivina el futuro apoyándose en el vuelo de los pájaros -hecho a retener-. Dotado de la calidad mística, se erige como el sujeto supuesto saber sobre el enigma del goce femenino.

La obra sorprende por su actualidad.Comienza con vehemencia, motorizada por la empuje de la reivindicación. Basta con leer las primeras líneas, para dejarse atrapar por la fuerza del discurso de su protagonista. Teresa, de pie sola frente al público, exclama:

"No señor marido/ No conseguirás que haga lo que tú quieras / Soy feminista y no reconozco la autoridad del hombre / Además quiero actuar como me venga en gana / Hace Demasiado tiempo ya que los hombres Hacen lo que las place / Al fin y al cabo yo también quiero ir a batirme contra el enemigo / Quiero ser soldado uno dos uno dos / Quiero hacer la guerra y no tener hijos / No señor marido ya no me mandarás más” 5 .

Teresa quiere ser todo: soldado, artista, diputada, alquimista, presidenta. “Tener hijos cocinar esto se acabó” 6 , dice. Se queja de que el marido no piensa más que en hacer el amor. Entonces, comienza la transición: le crece la barba y dos globos, que simulan estar sobre pechos, se escurren entre la blusa alzando vuelo. “Volad pájaros de mi debilidad” 7, exclama Teresa. Una vez consumada la transición corporal al género masculino, concluye: "Me siento viril demonio, soy un semental, de la cintura al inguinal" 8. Acto seguido, decide cambiar su número. De ahora en adelante, se autodenominará Tiresias.

Con la fuerza masculina que ahora lo caracteriza, Tiresias le quita el pantalón a su marido para ponérselo, ya él lo viste como su regazo. Exclama, por fin, haber alcanzado la tan ansiada libertad: “Ahora el universo es mío”9. La obra se sumerge en el vértigo de las trasformaciones, que se suceden una tras otra. El marido, ahora convertido en mujer, indica: “Si mi mujer es hombre, es justo que yo sea mujer. Soy una honesta mujer-señor, mi esposa es un hombre-señora” 10. El apogeo se alcanza cuando el marido, ahora devenido mujer, decide gestar hijos él mismo. En una escena electrizante, mientras el coro vocifera “Vean qué imponderable ardor nace del cambio de sexo”11, el marido anuncia: “Vuelva esta noche para ver cómo natura sin mujer me dará progenitura” 12 . Esta cita, que en la edición de Paidós se tradujo como Me dará sin mujer descendencia, es la que titula el capítulo XXIII de El Seminario 4 de Lacan, en el que señala el fantasma de Juanito sobre la capacidad del padre para engendrar hijos. Aunque muy temprano en su enseñanza, allí Lacan ya nos advertía: “(…) no puede decirse que esté asumido del todo lo correspondiente a la posición relativa de los sexos y la hiancia que queda en la integración de dichas relaciones” 13 .

El absurdo se consuma como el marido teniendo más de cuarenta mil hijos en un solo día, volviéndose así una "soltera/padre"14 con un "instinto paternal maternalizado"15.Los hijos nacen ya adultos, con carreras profesionales exitosas, lo cual le significa cuantiosos ganancias al progenitor. Manera que encuentra Apollinaire de plasmar su intención de reformar las costumbres de la sociedad a la que se dirige. En una Francia diezmada por la barbarie de la guerra, escribe esta obra con el fin de transmitir el deber impostergable de repoblar el territorio, dejando en ello la importancia de tener hijos, asegurando así un porvenir próspero y fértil para la nación.

En la escena final, Apollinaire introduce un último giro: Tiresias aparece ahora vestido de adivina, aludiendo así a la figura mítica, y se dispone a develar el futuro que les espera: “Castos ciudadanos de Zanzíbar que ya no conciben (…) saben que la fortuna y la gloria (…) pertenecerán (…) a quienes tengan infantes”16. Tras ello deja caer sus ropajes, y vuelve a ser Teresa para amar y unirse a su marido. Suelta los globos que están sobre pechos, y vuelve a enunciar la frase que Lacan retomará en su seminario: “Quiero pájaros de mí debilidad/ vayan a alimentar a todos los hijos de la repoblación” 17 .

Llegado este punto, podríamos preguntarnos: ¿en qué contexto Lacan introduce esta referencia en su seminario? Es importante destacar que lo hace después de señalar el tratamiento diferencial que hacen del falo tanto el transexual como la homosexual femenina. Tomando a Las Preciosas como modelo, en tanto enseñan cómo amar a una mujer, advierte que éstas quedan excluidas del discurso analítico y “en una ceguera total sobre lo tocante al goce femenino” 18 . Allí es cuando destaca que, contrariamente a lo que se desprende de la obra de Apollinaire, “Teresa vuelve a Tiresias -acabo de hablar de ceguera, no lo olviden- no al soltar, sino al recuperar los dos pájaros denominadosde su debilidad (…) o sea, los globos (…) que quizás (…) son aquello gracias a lo cual la mujer solo sabe disfrutar de una ausencia” 19. La lectura de Lacan subvierte la escena final: no es al desprenderse, sino -nos dice- al recuperar los globos, que Teresa se transforma en Tiresias, es decir, queda completamente ciega respecto a su goce. Dicho de otro modo, goza -como la homosexual- de algo que es una ausencia, y de lo que permanece absolutamente ignorante. ¿Y qué es un globo sino un gran vacío envuelto? Así es como Lacan se sirve de esta obra para empezar a introducir lo que serán las fórmulas de la sexuación, apuntando aquí a ese más allá de la función fálica en la que se inscribe la mujer, por estar ella -como dirá más adelante- entre centro y ausencia” 20.

Notes

1. Apollinaire, G. Las tetas de Tiresias . Libros del Innombrable. Biblioteca Golpe de dados, Zaragoza, 2018.

2. Lacan, Jacques. El Seminario, libro 19, …o peor . Paidós, Buenos Aires, 2021, p. 17.

3. Apollinaire, G. Las tetas de Tiresias , op. cit ., p. 3.

4. Nasón, P. Ovidio. Las metamorfosis . Libro III . Wikisource. (Disponible en: https://es.wikisource.org/wiki/Las_metamorfosis:_Libro_III#Tiresias_.28316_-_338.29 )

5. Apollinaire, G. Las tetas de Tiresias , op. cit ., p. 22.

6.  Ibíd. , p. 24.

7. Ibíd. , p. 25.

8. Ibíd. , p. 26.

9. Ibíd. , p. 33.

10. Ibíd. , p. 40.

11. Ibíd. , p. 45.

12. Ibíd.

13. Lacan, Jacques. El Seminario, libro 4, La relación de objeto . Paidós, Buenos Aires, 2015, p. 410.

14. Apollinaire, G. Las tetas de Tiresias , op. cit ., p. 52.

15.  Ibíd.

16.  Ibíd. , p. 66.

17.  Ibíd. , p. 70.

18. Lacan, Jacques. El Seminario, libro 19, …o peor , op. cit ., p. 17.

19.  Ibíd. , p. 18.

20.  Ibíd. , p. 118.

Lucía Icardi

Las tetas de Tiresias 1

NODVS LXII, novembre de 2021

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