El escepticismo

Referencia a "El escepticismo", presentada en el S.C.F. de Barcelona de Diciembre de 2004

  • Publicado en NODVS XII, febrer de 2005

Paraules clau

ataraxia, no hay saber absoluto, escepticismo, suspensión del juicio, ni juicio ni opinión

La referencia de hoy en relación a los escépticos está motivada por una cita de Lacan en la página 31 del Seminario 17, "El reverso del Psicoanálisis", en que Lacan nos recuerda que el hecho de que el saber no pueda constituirse en una totalidad cerrada ya nos lo habían enseñado los escépticos. Lacan dice que lo que nos ha llegado hasta hoy día de los escépticos es: "tal vez es mejor no juzgar", pero el origen de las fórmulas escépticas, la de los escépticos antiguos o pirrónicos era la puesta en cuestión de todo saber radical y que el saber nunca podría ser aprehendido en su totalidad.

EL ESCEPTICISMO

La palabra escéptico significa "el que mira o examina cuidadosamente una cosa" y el escepticismo es "la tendencia a mirar cuidadosamente" antes de pronunciarse sobre algo, para poder tomar alguna decisión.

Según el escepticismo el sujeto nunca puede aprehender el objeto ya que sólo lo podemos aprehender en forma relativa y cambiante.

El objetivo de la escuela escéptica es conseguir la felicidad a través de la ataraxia, es decir, de la serenidad de espíritu; y sólo podremos llegar a ella a través de la crítica y la negación de cualquier doctrina determinada.

El escepticismo como doctrina filosófica tiene una parte teórica y otra práctica, la primera siempre queda subordinada a la segunda. Desde el aspecto teórico se trata de una teoría del conocimiento que indica que no hay saber absoluto y, por tanto, no existe ninguna opinión absolutamente segura; y desde el aspecto práctico, al no adherirse a ningún juicio ni a ninguna opinión, el hombre encontraría la salvación y la paz interior, es decir, la epoché: suspensión de juicio.

El escepticismo fue seguido por tres escuelas en Grecia: 1ª la escuela de Pirrón o el Escepticismo Antiguo, 2ª la Media y Nueva Escuela, 3ª Los escépticos posteriores, que sostienen una vuelta al Pirrónismo.

PIRRÓN

Pirrón, fundador del escepticismo era natural de Elis; vivió desde el 360 al 270 a.C., a la escuela que él fundó y a sus seguidores se llamó Pirrónismo.

Pirrón acompañó durante 10 años a Alejandro Magno en su expedición a Oriente, viaje que le dió acceso a doctrinas Orientales, que fueron determinantes para las bases de su filosofía. En este viaje conoció a los gimnosofistas de la India que practicaban la indiferencia de las pasiones, y a partir de esta experiencia Pirrón se planteó que la fuerza de voluntad podía dominar el dolor, incluso hasta en los tormentos, y que para alcanzar la serenidad total era preciso practicar el "no obrar"

Con casi 40 años, Pirrón regresa a su patria y en su ciudad natal, funda la primera escuela de escepticismo, la cual tuvo poca duración después de su muerte. No dejó escritos, conocemos su doctrina por su discípulo Timón y por Diógenes Laercio.

Pirrón enseñó que la razón humana no puede penetrar hasta la esencia última de las cosas, sólo puede conocer la manera en cómo estas aparecen ante nosotros, la verdad absoluta es inaccesible, como máximo podemos distinguir los estados afectivos o las pasiones a las que cedemos. Y como no podemos acceder a la verdad absoluta, el sabio debe abstenerse de obrar.

Pirrón decía que nuestros juicios sobre la realidad son convencionales, basados en sensaciones y, como éstas cambian no debemos emitir juicios ni adoptar ninguna creencia ni opinión. Como decían los griegos, afasia., es decir, no podemos decir nada acerca de la realidad. Y así se alcanzará la imperturbabilidad, la ataraxia, es decir la ausencia de angustia, sólo así se llegará a la auténtica felicidad.

Decía que no hay cosa alguna honesta ni torpe, justa o injusta. Así mismo decía que no hay nada realmente cierto, sino que los hombres hacen todas las cosas por ley o por costumbre y no hay más ni menos en una cosa que en otra. Por ello, al no existir verdades o valores absolutos, nada por naturaleza es bonito o feo, no existe diferencia entre estar sano o estar enfermo. Se trata ante todo de la indiferencia ante las cosas externas y de los juicios acerca de las mismas.

LA ACADEMIA MEDIA

Fundada por Arcesilao, 315-241 a.C., practicó la suspensión de juicio o epoché, ninguna de nuestras percepciones posee garantía de validez objetiva; nunca podemos estar ciertos de nada, la suspensión del juicio es lo bueno y el pronunciamiento es lo malo vendría a decir.

LA ACADEMIA NUEVA

Fundada por Carnéades de Cirene, 214-129 a.C. Enseñó que el conocimiento es imposible y que no existe ningún criterio de verdad. Las impresiones de los sentidos no las podemos considerar fiables. Consideró que la suspensión total de juicio era imposible y elaboró una teoría de la probabilidad suficiente para realizar la acción, planteaba que nos podemos acercar a la verdad aunque posiblemente nunca alcancemos la certeza.

La Academia en tiempos de Antíoco de Ascalón, muerto en el 68 a. C. volvió al dogmatismo. Mostraba la paradoja que se produce al afirmar que todo es dudoso, ya que en efecto, si todo es dudoso no podemos hacer ninguna afirmación.

LOS ULTIMOS ESCÉPTICOS

La academia abandona las ideas escépticas durante el S.I a. C., el escepticismo de Pirrón vuelve a ser tenido en cuenta por Enesidemo y Sexto Empírico.

La influencia de los escépticos se hace notar de nuevo durante el siglo XVII en Francia, este período va de Erasmo a Descartes, es la época de la Reforma; en ésta época se cuestionaba la validez de las enseñanzas de la Iglesia, la interpretación de las Escrituras, se intentaba hallar un criterio de realidad religiosa y, para ello, se basaron en los argumentos de los antiguos escépticos, sobre todo de Pirrón. Argumentos que se dieron a conocer gracias a la publicación de las obras de Sexto Empírico. Francia en esa época sostenía una guerra entre católicos y calvinistas, y Montaigne encontró en el escepticismo las pautas para defender el catolicismo y hacer una réplica al fanatismo de la religión como Verdad Absoluta, ya que como indicaban los escépticos la mente humana no la puede captar. No obstante, los católicos vieron, más adelante, que estas mismas doctrinas en las que se había apoyado dieron lugar al ateísmo y la iglesia se acabó poniendo en contra de los "Nuevos pirrónicos" incluyendo los ensayos de Montaigne entre los libros prohibidos.

Es en este ambiente que se desarrolla la obra de Descartes (1596-1650), éste intentó dirigir un ataque al escepticismo que dio lugar a la formulación definitiva de su sistema, con el título de "meditaciones Metafísicas". No obstante, la segunda de sus meditaciones, "pienso, luego existo" da, sin proponérselo, nueva vida a la tesis escéptica.

La indagación escéptica ha sido la que ha permitido a las escuelas escépticas contemporáneas apartarse del estancamiento dogmático, ya que ha estimulado la indagación de los fundamentos de sus postulados.

Y, recordando la clasificación de Sexto Empírico, diremos que para los académicos, la verdad no puede ser aprehendida y los escépticos serían aquellos que siguen investigando y por ello se llaman también cetéticos a causa de su afán de indagación y aporético por el hábito de dudar. Sexto Empírico dice: "cuando el escéptico lo es de veras, se convierte en pirrónico, el que, al parecer, llevó el escepticismo a sus últimas consecuencias".

Bibliografia

  • Nicolás Albagnano. Historia de la Filosofía. Editorial Hora, S.A.
  • Sexto Empírico. Esbozos Pirrónicos. Editorial Gredos.
Lluïsa Andreu

El escepticismo

NODVS XII, febrer de 2005

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